Carmen Lomana es una auténtica caja de sorpresas, con anécdotas de lo más inesperadas. De hecho, tal y como desvela a ¡HOLA!, tuvo oportunidad de conocer a Camilla Parker-Bowles, en Chile y en el año en el que trágicamente falleció Lady Di. El encuentro fue organizado por su amiga Lucía Santa Cruz, que es, curiosamente, el primer gran amor del príncipe Carlos –durante sus años en la Universidad de Cambridge–. Es más, fue Lucía quien presentó al heredero al trono inglés y Camilla. Ahora Lomana nos relata en primera persona esta desconocida historia y nos confiesa la impresión que le causó el particular sentido del humor de la duquesa de Cornualles.
“Camila y yo coincidimos en Santiago de Chile en el 97, cuando ya se sabía que estaba con el príncipe Carlos. La conocí través de una amiga en común que se llama Lucía Santa Cruz, que era la hija del embajador de Chile en Reino Unido y que me presentó Pilar Capdevilla, una prima de mi marido –el empresario chileno Guillermo Capdevilla, fallecido en 1999, tras sufrir accidente de coche–. Como decía, Lucía me invitó ese año a verla y viajé a su país. Ya en Chile, Lucía organizó una tarde de cóctel en su casa y allí estaba Camilla, porque era muy amiga suya de su etapa de Londres. Incluso, Lucía también llegó a salir con el príncipe Carlos.
Hay que recordar que Camilla ya era muy conocida, porque ya se sabía que salía con el príncipe Carlos y había salido en la prensa lo del Tampax. De hecho, sé que hubo algún lío muy grande en ese momento en Londres, algo que había explotado en los medios, aunque no recuerdo exactamente el qué, porque Lucía la invitó a Chile para que se quitara de en medio. De esta manera, conocí a Camilla y me pareció maravillosa. No me estoy refiriendo al físico, que tampoco… Me pareció una señora con una gran facha. Con clase, elegante. También divertida, que te mueres.
Lo que me sorprendió es que Camilla fuera mal hablada, porque soltaba tacos de repente. Era la antítesis de Lady Di, que era muy angelical. Aunque todo pasó hace mucho tiempo –hace más de veinte años– y no puedo decirte de qué hablamos exactamente, tengo muy buen recuerdo de ella. Tenía una personalidad arrolladora. Me acuerdo de estar riéndonos y contarnos tonterías. Camilla se reía mucho de ella misma, de que no era nada presumida. Claro, siempre le sacaban a relucir el tema de Lady Di, aunque yo no lo hacía, porque no soy una maleducada. Pero era un tema que provocaba ella misma y se reía de sí misma.”