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El origen de una batalla que dura 21 años

El día que Belén Esteban declaró la guerra a los Janeiro

En abril del año 2000, poco después de ser madre y romper con Jesulín, confesó a ¡HOLA! el infierno que había vivido en Ambiciones


12 de febrero de 2021 - 6:47 CET

El enfrentamiento que mantienen desde hace veinte años Belén Esteban y María José Campanario se reavivó el pasado fin de semana, tras un nuevo cruce de acusaciones, reproches e insultos entre la mujer de Jesulín de Ubrique y la madre de la primera hija del torero. Parecía que las rencillas entre ambas habían terminado, pero lo cierto es que la guerra se ha recrudecido más que nunca  y la última batalla se libra en las redes sociales y los platós de televisión. Entre amenazas –“se puede liar la tercera guerra mundial”, sentenció la de Paracuellos, o “estoy deseando llevarte al juzgado”, subrayó la odontóloga– y descalificativos abruptos, Belén y María José volvieron a lanzarse al barro… El último capítulo de esta nueva ofensiva lo escribió la “princesa del pueblo” el pasado miércoles al emitir  un comunicado en el que anunciaba su intención de poner este asunto en manos de sus abogados y no volver a hablar del tema.

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Es el cuento de nunca acabar... Y el momento de recordar cómo empezó todo y cuándo decidió Belén declarar la guerra a los Janeiro.

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El anuncio más feliz

En enero de 1999, la pareja posaba radiante y feliz en las páginas de ¡HOLA! para anunciar que estaban esperando un hijo. El torero de moda en ese momento, que llenaba plazas de mujeres y daba la vuelta al ruedo mientras le lanzaban ropa interior, confesaba entonces: “Belén es la mujer de mi vida, la única, porque no he tenido más novias. Y ahora vamos a tener un hijo y a formar una familia. Pero en estas circunstancias no soy partidario de casarnos deprisa (…) Cuando lo creamos oportuno nos casaremos”.

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28 enero 1999. Belen Esteban y Jesulin de Ubrique

Por muy sorprendente que parezca, también en aquella primera entrevista, Belén admitía llevarse “maravillosamente” con la familia de Jesús. “Son unas personas extraordinarias (…) Los fines de semana que bajo a su casa, si él está toreando, estoy todo el tiempo con su madre y con su hermana y nos entendemos perfectamente, sé que me quieren mucho y yo a ellas”.

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Belen Esteban y Jesulin de Ubrique con Andrea Janeiro

En agosto de ese mismo año, Jesús y Belén nos abrían las puertas de “Ambiciones” para presentarnos a su hija recién nacida. “Andrea ha sido una hija buscada y fruto del amor. Yo he tenido una hija con la mujer que he querido, cuando he querido y queriendo”, expresaba el torero con orgullo.

“Es cierto que hubo tirantez entre mi familia y Belén; más concretamente, entre mi hermana Carmen y ella”, aseguraba Jesús en HOLA, en el reportaje del bautizo de su hija

En marzo del año siguiente, la pareja volvía a protagonizar la portada de ¡HOLA! con motivo del bautizo de su hija. Junto a las imágenes exclusivas de esta celebración que reunió a las dos familias, Belén y Jesús hablaban del momento en que se encontraban como pareja. “Hubo momentos en que, de no haber tenido la niña, hubiera tirado la toalla. Pero también digo que si hoy sigo con Belén no es porque tenga una hija con ella, sino porque la sigo queriendo” comentaba el diestro. Belén, por su parte, decía: “La niña me ha unido muchísimo a Jesús y el año que viene voy a por el niño. Lo tengo más claro que el agua”. Unos planes de futuro que nunca se materializarían.

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La pareja reconocía los desencuentros entre Belén y la familia Janeiro y que eso había provocado tensiones entre los dos. “Es cierto que hubo tirantez entre mi familia y Belén; más concretamente, entre mi hermana Carmen y ella” aseguraba Jesús. Belén admitía también que habían tenido alguna crisis. “He estado a punto de dejarlo varias veces”.

“Ya está bien. No aguanto más. Voy a luchar con uñas y dientes por lo que es de mi hija”, anunciaba Belén en abril del año 2000

Belén dice ¡basta!

Tan solo un mes después del bautizo, en abril de 2000, la separación ya era un hecho. Belén Esteban había regresado a Madrid, a la casa de sus padres, con su hija, y en una reveladora entrevista, compartió con nuestros lectores las circunstancias y los motivos de su ruptura con el popular torero. “Ya está bien. No aguanto más. Voy a luchar con uñas y dientes por lo que es de mi hija y no de cuatro listos que se han puesto ahí para llevárselo todo”. “Estamos con los abogados porque el mutuo acuerdo es imposible”, añadía en el testimonio que se convertiría en la génesis de un conflicto que llega hasta el día de hoy.

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El hermano mayor del torero “me acusaba de que la niña era muy rubia para que fuera hija de Jesús”

La familia, relataba Belén, “tiene sobre Jesús una influencia tremenda, hasta brutal, diría yo. Jesús no tiene nada a su nombre, porque es insolvente. Al menos eso fue lo que Jesús y su padre me dijeron”. En aquel momento, la madre de Andrea pedía “una casa para mi hija, porque su padre tiene seis viviendas. También solicitaba una manutención, de ciento cincuenta mil pesetas o lo que el juez pueda estipular”. La respuesta que se encontró por parte de la familia, fue que “me daban cien mil pesetas y que ahí iba englobado el tema de una vivienda y la manutención”.

Belén desveló entonces que todos los problemas de la pareja empezaron “cuando entré en esa casa”. Sacó a la luz los “desprecios” que los Janeiro le hacían: “Me cerraban las habitaciones de la finca, en concreto dos, para que no pudiese entrar, porque, por lo visto yo cogía las cosas: ropa y esas cosas (...) También había malas caras, malas contestaciones (...) Cuando yo llegué, la hermana de Jesús cogió sus cosas y se fue a vivir con su novio”.

“Hay una chica en Ubrique llamada Vicky, que es la que la familia quería para Jesús y no a mí. Y yo ya no toleraba más su presencia”

Al enterarse del embarazo de Belén, Humberto, el padre de Jesús, le dijo que “pensara la forma de apañarme con mi hija, porque a su hijo no iba a engancharle por eso”.

Belén también recuerda que pese a su deseo de casarse con el padre de su hija, no era el momento “para los padres de Jesús, porque decían que él era el torero de las mujeres y éstas llenaban las plazas”.

La gota que colmó el vaso, según Belén, fue una chica de Ubrique, “Vicky, que estaba en la casa y era la que la familia quería para Jesús y no a mí. Y yo ya no toleraba su presencia por más tiempo”. La sombra de la infidelidad planea entonces sobre la pareja. “No lo sé a ciencia cierta, pero creo que Jesulín me era infiel”.

“He llorado en esa casa todos los días. Hay mucho odio en mi corazón porque han hecho mucho daño a mi hija”

«Me sentía despreciada (...) No era feliz, no podía seguir allí. Me invitaron a salir. Me dijeron que cogiera a mi hija y me fuera porque dije que estaba harta delante de todos. La convivencia era horrible. A mí Jesús nunca me ha echado. Tuve una discusión y me fui», relató entonces la colaboradora de televisión, que apuntó a la matriarca de la familia, Carmen Bazán, como la responsable de su salida de “Ambiciones”. “Me dijo que lo que tenía que hacer era coger mis cosas e irme a mi casa (…) Al día siguiente me fui (...) Jesús a su madre no le dijo ni pío”.

© Archivo ¡HOLA!

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© Archivo ¡HOLA!

© Archivo ¡HOLA!

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Tras revelar que Jesús “está completamente manejado, en esa casa suceden cosas muy raras. Recuerdo cuando estábamos durmiendo Jesulín y yo juntos, a las dos de la madrugada entraba la madre para llevar un café a su hijo”, Belén también narró cómo el hermano mayor del torero “me acusaba de que la niña era muy rubia para que fuera hija de Jesús”.

“He llorado en esa casa todos los días. Cuando iba a la autoescuela me tenía que llevar a la niña conmigo porque no había nadie que quedara con ella”, admitía Belén entre lágrimas. “Hay mucho odio en mi corazón, porque han hecho mucho daño a mi hija. No hay ninguna forma de arreglar esto. En absoluto. El mutuo acuerdo es imposible”, zanjaba Belén, mostrando una profunda herida que veintiún años después, sigue abierta.