Aunque nada puede brillar o ser más grande que la Corona, los duques de Sussex no dejan de sorprender en cada paso. Y el último en hacerlo ha sido el propio príncipe Harry, quien fue descubierto paseando por Hollywood en un bus turístico. Sentado en el segundo piso, al aire libre, rodeado de cámaras, y con una enorme sonrisa. La más grande desde que llegó a EE. UU., aunque, también, después de tantos meses, pudo ser el efecto de la ‘no’ mascarilla.
Con un sinfín de proyectos sobre la mesa — podcast , con Spotify, y documentales, películas y programas infantiles, con Netflix—, el nieto de la Reina parece que ha seguido los pasos de Adele, Lady Gaga, Madonna y Michelle Obama cuando todavía era primera dama de los Estados Unidos.
Harry no ha podido resistirse a la petición de su amigo, James Corden, quien le habría pedido grabar un episodio muy especial de su Carpool Karaoke para la cadena CBS… Un programa que grabaron descubriendo alguno de los rincones más especiales del mítico barrio de Los Ángeles, mientras, según People, hablaban sobre la vida del príncipe en los Estados Unidos y sus planes.
Corden y Harry estrecharon lazos hace 10 años. De hecho, el presentador británico estuvo entre los invitados a su boda con Meghan y fue de los pocos que dio detalles.
“Fue maravilloso. Una de las ceremonias más hermosas en las que he estado”, dijo Corden
Harry, que ha tenido que cancelar por segunda vez consecutiva los juegos Invictus, vestía de manera informal y se mostraba muy relajado y contento, mientras su mujer estaba librando otra batalla con Buckingham.
La duquesa ya no mantiene al mundo en vilo, pero sigue estando en el centro de la noticia y no deja de abrir frentes con Palacio. El último, tras descubrir The Sun que, en junio de 2019, cuando Archie ya había cumplido un mes, se había modificado su acta de nacimiento quitando el nombre de Rachel Meghan para dejar solamente los títulos de Su Alteza Real, la duquesa de Sussex. Un portavoz de Meghan explicó entonces que el cambio había sido hecho por Palacio y no por los duques… Tachando de “ridículo” y “ofensivo” pensar que quisieran hacer un desaire a la Familia Real y sugerir que, “extrañamente”, la duquesa no quería que apareciese su nombre en la partida de nacimiento de su hijo.
Pero Buckingham no lo dejó pasar y lo han desmentido rotundamente. Más que eso. Según diferentes medios británicos, no solo han confirmado que no han tenido nada que ver, sino que han señalado al equipo de los duques (Kensington) como los responsables. En Palacio, pensaron que Meghan cambiaría, que asumiría sin réplica, pero estaban equivocados. No solo no se dejó “atrapar”, sino que hizo un giro radical. Y, finalmente, llegaron los hechos: la felicidad de los duques estaba en otra parte, aunque no exenta de guerras.