Cuando la idea de hacer un magazín a lo largo de la tarde en Cuatro se convirtió en una realidad, hace ya dos años, y, más aún, cuando le tomó el relevo a Carme Chaparro y se puso al frente del formato, Joaquín Prat no se podía imaginar que una pandemia mundial iba a convertir a su programa, Cuatro al día, en un referente informativo justo cuando se cumple el segundo aniversario de su estreno.
Unos meses duros en los que el presentador, tal como recuerda, se sentía “en la responsabilidad” de ir a trabajar: “Venía muy asustado y pesimista, pero sentía que tenía que estar por el espectador y que teníamos una responsabilidad informativa, a pesar de que he llorado más aquí que en toda mi carrera, por la tristeza y la rabia”.
“Despedí con un “hasta nunca” a uno de los principales líderes del negacionismo en España y eso me costó insultos de todo tipo”
Lo que está claro es que ha sido tu año más intenso.
Sin lugar a dudas. Hay días que no me apetecía levantarme de la cama, pero no quería perderme por nada del mundo la oportunidad de contar esta tragedia mundial. Sentía que tenía y que debía hacerlo. Mi padre siempre me dijo que nunca rechazara un ofrecimiento profesional y nunca lo he hecho. Es algo que le inculco a mis hijos.
¿Cómo contienes las emociones vividas?
Procuro resetearme cuando llego a casa para empezar al día siguiente nuevo. También con la ayuda de mi familia. Porque todo te afecta mucho. Como anécdota puedo contar que tengo una colección de corchos de las botellas de vino que descorché en las peores semanas. No me he vuelto un alcohólico (sonríe), pero hay días que llegaba a casa con la necesidad de tomar una copa para abstraerme de lo vivido.
“Mi receta para luchar contra el miedo y el pesimismo es un niño de cinco años que reclama atención constante”
Se ha criticado mucho que dieseis voz a los negacionistas de la pandemia.
Le dimos voz a uno de los principales líderes del negacionismo en España, pero lo único que hizo fue atacar a los medios. Lo despedí con un “hasta nunca” y eso me costó insultos de todo tipo y amenazas de muerte en redes sociales.
¿Amenazas?
Sí. Las amenazas y los insultos nunca son agradables. Me debería afectar menos, pero, a veces, me tocan un poco las narices.
¿Cuál es tu receta para luchar contra el miedo y el pesimismo?
Mi receta para luchar contra el miedo y el pesimismo es un niño de cinco años que reclama atención constante. Lo llevo al colegio todos los días porque no quiero perderme esos quince minutos de conversación de padre a hijo donde nadie interfiere. Vuelco todas esas frustraciones que tuve de niño en él y todas esas cosas que no pude hacer con mi padre las hago con mi hijo. Vamos a la montaña, jugamos al rugby…
¿Qué consejos sigues teniendo presentes de tu padre?
Recuerdo que tenía diecinueve años cuando tuve la última conversación con mi padre y era un niñato bastante estúpido. Maduré después, a marchas forzadas, cuando él falleció. Ahora lo que intento imitar es su actitud ante la vida, el cómo afrontaba el día a día con toda normalidad, siendo uno de los tíos más populares de este país.