Anne Igartiburu y Pablo Heras-Casado formaban hasta hace unos meses una de las parejas más atractivas y discretas del panorama social. Ella es una de las presentadoras de televisión más populares y queridas de nuestro país. Él, uno de los directores de orquesta más prestigiosos y respetados. Se conocieron en 2014 y, según dicen, fue “amor a primera vista”.
“Yo estaba haciendo un programa de tarde y llegó la convocatoria para entrevistar a Pablo. Era en día festivo y yo no quería ir. Al final fui y, bueno, lo preparamos. Casualmente, dirigía un concierto para chelo de Hayden, que fue el primer disco que me regalaron mis padres con un año. Y entre Hayden, la música clásica, el auditorio… pum… caímos rendidos… más o menos…”, contó Anne en una entrevista.
Tanto que el 30 de noviembre de 2015 se casaron en secreto en una romántica ceremonia civil en Elorrio, el pueblo natal de Anne en Vizcaya. Solo un año después de la boda, en junio de 2016, dieron la bienvenida a su primer hijo en común, al que llamaron Nicolás (la presentadora también es madre de Noa, nacida en 2001, y Carmen, nacida en 2011).
Cinco años después, Anne y Pablo han decidido separarse, tal como adelanta Lecturas. Según ha podido saber ¡HOLA! de fuentes de toda solvencia y cercanas a la presentadora, se trata de “una separación amistosa”. “Se llevan muy bien los dos y se quieren mucho. Están muy bien”, dice su entorno a ¡HOLA!, subrayando que la decisión de la separación ha sido consensuada y que siguen teniendo una excelente relación por el bien de su hijo, Nicolás, que en pocos meses cumplirá cinco años.
Anne y Pablo ya viven en casas separadas. Esta es la segunda vez que la presentadora se separa. Solo dos hombres han conseguido llevarla al altar. En 2004, tras tres años de relación, Igartiburu se casó con el bailarín Igor Yebra y adoptaron a una niña. Dos años después de darse el “sí quiero”, decidieron poner punto y final a su matrimonio. En 2014, Pablo Heras-Casado llegó a su vida y un año después se casaron.
Ahora, Anne está muy volcada en sus tres hijos. “Yo he sido madre de acogida, madre adoptante y madre biológica y también madrastra de cualquiera que se me pone por el medio”, declaró en su día. También está centrada en su nueva carrera como coach emocional, una disciplina que lleva aprendiendo y practicando desde hace más de una década. “Es una pasión y una vocación que tengo y llevo muchos años formándome”, decía hace algunos meses. “Estoy muy contenta. Acompaño a personas en momentos delicados de su vida, desde la empatía, el acompañamiento, la escucha, y aplicando de la búsqueda de los recursos que tenemos dentro para crear un escenario mejor”.