Aunque desde la pasada primavera llevan vidas distintas, es ahora cuando se conoce la separación del actor Simon Baker, conocido por su papel en la serie El mentalista, y su mujer Rebecca Rigg. Una inesperada noticia sobre una pareja que estaba a punto de celebrar su treinta aniversario y que tiene tres hijos, Stella, de 27 años, Claude, de 22 y Harry, de 19. En sus primeras declaraciones después de conocerse esta ruptura, los dos han explicado que han tomado la decisión juntos, dejando además claro que su prioridad es el bienestar de su familia. “Seguimos siendo amigos y nuestros tres hijos siempre serán el foco más importante de nuestras vidas”.
Simon Baker, protagonista de 'El Mentalista', todo un enamorado de Barcelona
A principios de los años 90 fue cuando Baker se enamoró de Rebecca en una cita a ciegas y en 1998 se casaron. Ella ha sido siempre el máximo apoyo del australiano en una carrera que ha ido sumando éxitos y por eso Simon hablaba de ambos como “un equipo” hace un par de años. “Ellos son la base de todo; si no están a mi lado, las cosas colapsan" aseguró el actor en una ocasión. Quizá sea ese el secreto de la buena relación que une al exmatrimonio.
Amigo de Nicole Kidman y Naomi Watts
Simon Baker, de 50 años, nació en Tasmania y fue en la televisión australiana donde dio los primeros pasos en la interpretación. Hizo pequeños papeles en películas como Restaurant con Adrien Brody, y en la nominada al Oscar Los Ángeles al desnudo. Allí forjó una relación de amistad con dos de las actrices más conocidas del país, Nicole Kidman y Naomi Watts, de hecho la segunda es la madrina de su hijo Claude y Nicole, de Harry. Su salto a Hollywood llegó en 2008 cuando protagonizó la serie El mentalista, donde interpretaba a Patrick Jane, un psíquico que ayuda a la policía a resolver crímenes mientras persigue al asesino de su mujer y su hija.
La serie estuvo en antena siete temporadas, hasta 2015, y por ella fue nominado al Emmy, Globo de Oro y SAG, tal fue su fama que en 2013 descubrió su estrella en el paseo de la fama de Hollywood. Participó en El diablo viste de Prada, Les doy un año y El demonio bajo la piel, entre otros títulos. Tras el final de la serie protagonizó y dirigió Breath, por el que obtuvo un reconocimiento equivalente al Oscar en Australia. A finales de 2019 explicó que estaba haciendo realidad su sueño de dirigir en Australia y que allí protagonizaría además una nueva película. Comentó además que su intención era pasar algo más de tiempo con sus hijos.