Adela González Acuña es una gran periodista y comunicadora, una excelente presentadora y una mujer fuerte y valiente como ninguna otra. Lo decimos nosotros, sí, pero también toda la gente que la rodea y la conoce bien o ha trabajado alguna vez con ella. Adela está de estreno en Telemadrid con La Redacción, un nuevo programa de actualidad ágil y ameno que informa y entretiene al mismo tiempo. La periodista se muestra entusiasmada con este nuevo proyecto que, en su caso, va mucho más allá de lo profesional. "Que me den la oportunidad de seguir haciendo retos tan bonitos como éste, es una bendición", confiesa en esta entrevista para HOLA.com. También es un necesario "cambio de aires en lo vital", admite. Una oferta que la sedujo desde un principio pero que no fue tan fácil de aceptar, puesto que ella tiene su vida y familia en Bilbao mientras que el espacio se graba en Madrid. En esas idas y venidas que ahora tiene que acometer, Adela cuenta con el respaldo incondicional de su marido: "Él es mi apoyo emocional, logístico y absolutamente en todo", nos cuenta.
Adela González vuelve a la tele con una sonrisa: "Va para ti, mi amor, mi sirenita"
Se define como una persona "muy tranquila y muy familiar", muy unida a su esposo y a su hijo Eneko pero también a su grupo de amigos más cercanos. Le gusta la repostería: "Hago unas galletitas de avena con chispitas de chocolate muy ricas y superhealthy”, nos cuenta con una sonrisa, y se declara fan de series como Gambito de dama, uno de los últimos fenómenos de Netflix. El pasado verano, la periodista nos sobrecogió a todos al contarnos la pérdida de su hija Andrea de 8 años por culpa de un cáncer. Cualquiera en el lugar de Adela se habría encerrado en sí mismo o se habría peleado con el mundo. Ella, no. Adela mandó un mensaje de esperanza y optimismo para todos los que sufren y pelean. Sin pretenderlo, dio luz y nos inspiró en lo mejor. “Como yo, hay tantas madres y tantos padres que lo están pasando mal y que para ellos es el día a día (…) Me acuerdo de toda esa gente que está en el hospital recibiendo la quimio. Toda esa gente que, si ha conectado con nosotros y le hemos arrancado una sonrisa, pues habrá merecido la pena”, nos dice con emoción.
Las emotivas palabras de Adela González: 'Gracias por todas las manos tendidas'
Adela, un placer charlar contigo. ¿Qué sensaciones te deja el estreno? ¿Buenas, no? Se ha visto un formato más rodado de lo que podría pensarse en un principio. Ya se sabe que cualquier debut suele ser algo atropellado y no ha sido vuestro caso.
La verdad es que hemos trabajado para que todo estuviera listo, porque luego llega el directo y te pone en tu sitio, con sus más y con sus menos. Lo que pasa es que somos un equipo muy a favor, muy pro obra, en la misma onda y eso traspasa. Hemos creado en estos días de pilotos una sinergia y un buen rollo que se nota. En poco tiempo hemos conseguido algo que es complicado y que irá a más, de eso no tengo ninguna duda. Nos vamos a dejar la piel.
También contáis con u punto de originalidad respecto a otros programas, como es el enseñar el funcionamiento de una redacción por dentro en tiempo real. Además, el set es muy moderno y luminoso.
Siempre lo digo: el plató dice mucho del contenido. Esa corona de led, en la que vamos a martillear e informar de las últimas horas, es la envidia del resto (ríe). Y sí, nuestros compañeros están detrás en las mesas de Redacción al tanto de todo lo que ocurra. Si, por ejemplo, hay un incendio como pasó en Chamartín, los reporteros llaman y lo gestionan al momento. Lo tenemos muy arreglado y limpio. Somos rigurosos cuando hay que serlo, porque lo que pretendemos es informar y estar al día, pero también queremos entretener y no morir de aburrimiento.
¿Cómo se fraguó tu fichaje por el programa?
La Redacción es una idea de Adrián Madrid y Oscar Cornejo de La Fábrica de la Tele, que son dos referentes. Me llamó Óscar y me explicó el proyecto junto a la directora Virginia García. Yo me iba haciendo una idea en la cabeza sabiendo que, con esta productora, cuando se habla de ritmo, es ritmo de verdad. En un momento de esa conversación me enseñaron una foto del plató… y, porque estaba sentada, si no, me caigo (sonríe). Veía ahí a mis compañeros y me imaginaba ahí paseando, porque me gusta mucho andar en la tele. Creo que le da frescura y naturalidad… aunque la realizadora me va a matar por esto que digo (bromea y ríe). En cualquier caso, lo iremos engrasando todo y se ve algo que no deba verse, tampoco pasa nada porque estamos en el siglo XXI y todo ahora es diferente. Tengo claro que es un formato muy dinámico con profesionales absolutamente solventes para sacar todo adelante.
La propuesta te sedujo desde un principio, pero suponemos que no sería tan fácil de aceptar ya que vives en Euskadi...
Sí es cierto que hay una parte personal y familiar de traslado vital, de una ciudad maravillosa como es Bilbao a otra más grande como es Madrid... Pero de momento estoy aquí y me haré la Nacional 1 para arriba y para abajo. Así que Filomena, no vuelvas más (sonríe).
Tu familia se queda por tanto en Bilbao y tú estarás aquí de lunes a viernes para volver los sábados y domingos.
Bueno, esta primera semana he tenido aquí a mi apoyo. Se ha quedado mi marido conmigo para darme el respaldo emocional, logístico y absolutamente de todo. Porque si no está él aquí, te puedo asegurar que habría cenado cada día un poco de leche con cacao (ríe). Es un desgaste, sí, pero lo iremos viendo, oye. Yo ya he vivido en Madrid y muy a gusto, porque es una ciudad que acoge.
Claro. Tampoco esto te coge de nuevas, puesto que ya estuviste en la capital durante tu etapa en laSexta en el Más vale tarde de Mamen Mendizabal…
Soy guipuzcuana, de un pueblecito al lado de San Sebastián. Me fui joven a estudiar a Pamplona en la Universidad de Navarra y mi madre me decía: ‘Hija, me da que tu no vas a dejar de hacer maletas”, y cuánta razón tuvo. Salí de la Facultad y empecé muy pipiola en un periódico de Ciudad Real, donde aprendí un rato y a fuerza de golpes. Así que me he movido bastante. Tener un bagaje profesional y que me den la oportunidad de seguir haciendo retos tan bonitos como éste, es una bendición.
¿Y cómo ha sido tu última salida de ETB, la cadena en la que te has forjado como profesional y persona?
En la cadena me aprecian mucho. Es la televisión en la que he crecido y siempre será mi casa. Así me lo han hecho saber cuando les dije que me iba. Ellos entendían perfectamente que, también por mi parte personal y vital, necesitara un cambio de aires, de equipo y de gente. Y eso que allí me siento absolutamente arropada por la cadena y por la productora con la que he estado trabajando todo este tiempo. Siempre me han tratado con muchísimo cariño. Ahora empiezo un proyecto nuevo y también es una gozada. Voy por los pasillos de Telemadrid y todos los compañeros y compañeras me dan la bienvenida y me desean mucha suerte. Es maravilloso.
¿Cómo es Adela González cuando se apagan los focos?
Soy muy tranquila, porque el trabajo casi siempre me ha absorbido tanto… (suspira) Lo primero en lo que pienso al acabar es que me quiero desmaquillar (sonríe)… y luego ya la vida. Si toca una cervecita, pues oye… Pero todo esto me refiero al tiempo pre-covid, que ahora las cosas están sobre todo para trabajo-casa y casa-trabajo. Me gusta hacer deporte pero lo tengo abandonado desde hace un par de años. Retomaré el gimnasio aunque bueno, Telemadrid es muy grande y nos pasamos el día subiendo y bajando escaleras que es como hacer ejercicio (ríe). Yo ya solo me traigo las deportivas. Y luego, fuera del trabajo, soy muy muy familiar. Cuando estoy en Bilbao, tengo un grupo de amigos y, uno de los días del fin de semana cuando el tiempo nos lo permite, subimos al monte, comemos un bocata…
¿Y ves la tele como ocio? ¿alguna serie o programa que te guste?
Por la mañana veo tele, escucho la radio, leo prensa y a veces lo hago todo a la vez. Luego me meto en la vorágine y estoy todo el rato refrescando titulares en Twitter… Por la noche, de los diez minutos de tele a veces veo más anuncios que otra cosa porque ya me dormí. De series, quiero ver Patria, porque habla sobre mi tierra, tiene unas críticas fantásticas y unas actrices brutales que además conozco y se merecen todos los premios que les den. Ahora estoy viendo The Crown, muy buena pero tiene un ritmo que… yo vengo de la tele con el pim pam pum … y esta casi me ayuda a dormirme (ríe). ¡Ah! y me encantó Gambito de dama.
¿Y te gusta cocinar? ¿eres cocinillas?
Bueno, sí, sobre todo soy repostera (ríe). Hago buenos bizcochos, unas galletitas de mantequilla estupendas, otras de avena con chispitas de chocolate muy ricas súper healthys… Me las llevo con mi gente y los hijos de mis amigos me las reclaman. ¡Ah! Y la tortilla de patatas y el marmitako me salen bastante bien.
¿Qué me puedes decir de Iñaki López, presentador con el que has compartido tantas horas juntos de trabajo? ¿Un hermano para ti?
Tú lo has dicho perfectamente. Como un hermano en lo personal. Hemos ido creciendo bajo el amparo de nuestra madre televisiva desde que empezamos en Pásalo hace mucho tiempo. Siempre hemos congeniado bien y la vida nos ha llevado un poco de forma paralela. Nos tenemos un cariño tremendo. Cuando él sube a su casa siempre quedamos para comer o para cenar, para estar con su pequeño y con Andrea (Andrea Ropero, presentadora y mujer de Iñaki López), que es una chica increíble.
También coincidiste en ETB con otro de los rostros de moda en TV, como es Ion Aramendi, al que muchos catalogan como presentador revelación del momento
Ion es un gamberro maravilloso, muy majo y un gran presentador. Además, es un hombre polifacético, músico, surfero, alto, guapo… lo tiene todo (ríe).
Para terminar, expresarte mi admiración más sincera. Eres un ejemplo de fuerza, valentía, coraje y entereza al sobreponerte de esa manera a la pérdida de tu niña. Con tu hermosísima carta de homenaje y agradecimiento, te convertiste en una inspiración para todos nosotros y para todos los que, ahora por la pandemia, se tienen que despedir de sus seres queridos…
Te lo agradezco (responde emocionada). Porque como yo hay tantas madres y tantos padres que lo están pasando mal y que para ellos es el día a día. Mira, esta mañana hablaba con una mamá, que su niña ha recaído, y me contaba el tratamiento que tiene de medicina nuclear, de estar aquí cinco días… y terminaba diciéndome: ‘Bueno, pero bien’. Ahora lo veo desde fuera, vale, pero los padres y madres que luchamos nos metemos en una dinámica que nadie puede imaginar. Pensar que hay todo tipo de terapias que van a machacar a tus hijos pero que las necesitan porque son algo bueno… Es muy duro y solo lo sabe la gente que lo está pasando. Por eso, en el primer programa en Telemadrid, cuando hablamos de Dani Rovira que ya estaba limpio, me acordaba de toda esa gente que está en el hospital recibiendo en algún momento la quimio. Toda esa gente que, si ha conectado con nosotros y les hemos arrancado una sonrisa, pues habrá merecido la pena.