Brad Pitt y Angelina Jolie formaron una de las parejas más poderosas de Hollywood y parecía que iban a estar juntos para siempre, pero el amor se acabó y con este final llegó también el reparto de sus bienes y el inicio de vidas separadas. En este proceso que comenzó en 2016 (hasta 2019 no fueron declarados oficialmente divorciados), hay flecos pendientes y de hecho no todos los detalles han transcendido como es el caso sobre todo de las especificaciones económicas o la custodia de sus hijos. En este apartado se incluye el reparto de la impresionante colección de arte que tenía la pareja, unas piezas que, según se decía, componían una increíble galería privada que incluía obras de artistas como Dom Pattinson, de Bansky, considerado como uno de los máximos exponentes del street art, y del acuarelista contemporáneo de origen canadiense Marcel Dzama.
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Una de las obras de esta importante colección, que se valoró en unos 25 millones de dólares (más de 20 millones de euros), sale ahora a subasta. Angelina Jolie ha puesto a disposición de la casa Christie’s el cuadro The Tower of the Koutoubia Mosque (La torre de la Mezquita Koutoubia, 1943), el único que Winston Churchill pintó durante la Segunda Guerra Mundial. La pintura se venderá el próximo 1 de marzo y se espera que alcance un precio de entre 1,5 y 2,5 millones de libras (entre 1,7 y 2,8 millones de euros). El cuadro llegó a manos de Angelina Jolie y Brad Pitt en 2011 en una subasta.
Un regalo para Roosevelt
Winston Churchill era, además de político, un notable pintor aficionado que creó cerca de 500 cuadros. Esta obra la pintó en Marrakech, en los días posteriores a la Conferencia de Casablanca, celebrada del 14 al 24 de enero de 1943. En ella participaron el presidente de EE.UU., Franklin D. Roosevelt; el primer ministro británico, Winston Churchill; y los generales franceses Charles de Gaulle y Henri Giraud. El día después del encuentro Churchill invitó a Roosevelt a visitar la ciudad para “compartir con él las vistas y la luz del atardecer sobre ella que tanto le gustaba”, tal y como cuenta la casa de subastas. Plasmó este fragmento en la pintura que regaló luego al presidente norteamericano.
Elliot Roosevelt, hijo del presidente estadounidense, vendió el cuadro en 1950, cinco años después de la muerte de su padre, a un coleccionista de Nebraska, George W. Woodward. Luego pasó a manos del productor cinematográfico Norman G. Hickman y, tras su muerte, pasó a la segunda esposa del productor y más tarde a la hija de éste, que lo subastó en 2011.
Angelina Jolie y Brad Pitt habrían dividido así su colección, aunque sin perder la pasión por el arte que compartieron, al menos en el caso del ganador de un Oscar por Érase una vez en Hollywood . Brad Pitt contó en un podcast con Marc Maron, en enero de 2019, que esculpe, lo que le considera una afición muy relajante, y que coleccionar arte es una actividad que ayuda también a la meditación. Aseguró que tiene piezas importantes, aunque se resistió a definirlas como una colección en el sentido propio de la palabra.
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