Eleonore de Habsburgo-Lorena se crio entre dos mundos aparentemente opuestos: el de la política, que es el de su padre, Carlos de Habsburgo-Lorena, y el del arte, que es el de su madre, la coleccionista y mecenas Francesca Thyssen-Bornemisza . “Son mundos diferentes, pero creo que es posible fusionarlos”, suele decir la joven archiduquesa, de veintisiete años. Ella lo ha conseguido. Estudió Derecho, en Londres, y el verano pasado, en medio de la pandemia, obtuvo su título de máster en Diseño de Joyas del Istituto Marangoni, de Milán, la escuela de moda y diseño en la que se han formado leyendas como Franco Moschino o Domenico Dolce.
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Ahora, seis meses después de graduarse, Eleonore hace su debut en el mundo del diseño y presenta su primera colección de joyas para la firma Schullin, de Viena. Curiosamente, Schullin tiene su tienda a metros del palacio imperial Hofburg, el antiguo hogar de los Habsburgo. “Para mí, las joyas son una forma de expresión que puede trascender generaciones. Afortunadamente, cuando era niña, pude viajar a muchos lugares diferentes alrededor del mundo y explorar cómo se llevan las joyas en otras culturas”, nos explica. “Prestar atención a los detalles del patrimonio cultural, la arquitectura, el arte, la moda y la Naturaleza han alimentado mi inspiración”.
“Me siento conectada con la cultura española”, dice Eleonore, cuyo nombre es un guiño a su antepasada Leonor de Austria, hija de Felipe el Hermoso y Juana la Loca
Ciertamente, la diseñadora ha tenido una vida muy cosmopolita. Hasta los diez años vivió con sus padres y sus dos hermanos pequeños —Gloria, que hace de modelo de sus joyas, y Ferdinand, piloto de carreras profesional— en las montañas de Salzburgo. A los quince años, tras una temporada en Viena, se fue a estudiar al internado suizo Le Rosey. Cuando cumplió la mayoría de edad, se mudó a Londres. También trabajó en Bogotá e hizo su Erasmus en Buenos Aires y Madrid.
Tiene una conexión muy especial con España. Su nombre, Eleonore, es un guiño a su antepasada Leonor de Austria, la primogénita de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. Y su tercer nombre es María del Pilar, en homenaje a su madrina, la infanta doña Pilar, que era muy amiga de su abuelo, el barón Heinrich Thyssen.
Su hermana pequeña, la archiduquesa Gloria, debuta como modelo luciendo sus joyas, mientras que su hermano, Ferdinand, triunfa como piloto de carreras
“España es el país que me conecta tanto con el lado materno como con el paterno de mi familia. Después de haber estudiado mi Erasmus en Madrid y de haber pasado mucho tiempo aquí, con mi abuelo, me siento como en casa en España”, reconoce. “Me siento conectada con la cultura y la gente. Es un país que ha apoyado y dado tanto a mi familia y eso es algo que siempre guardaré en mi corazón”.
Eleonore parece haber heredado la pasión de su abuelo por el coleccionismo . “Desde niña, colecciono minerales y piedras de todos los lugares en los que he estado. La gemología es algo que nunca deja de sorprenderme y adoro la idea de generar sinergias cogiendo las creaciones de la Naturaleza y convirtiéndolas en piezas que uno pueda llevar”, nos explica.
Ha trabajado “muy duro durante los últimos meses” en esta colección, a la que ha bautizado Ivy (Hiedra). “Está inspirada en un jardín de hierbas a punto de florecer que descubrí en un convento franciscano del Mediterráneo”, dice. Su madre, Francesa Thyssen, ha convertido un monasterio en ruinas en la isla de Lopud, en Croacia, en un centro de arte. Eleonore pasó los meses del confinamiento allí con su familia, lo que le sirvió para centrarse en sus creaciones, hechas en oro de 18 quilates, con diamantes negros, blancos y color champán; zafiros, y aguamarinas.
En estos últimos meses, también ha tenido tiempo para casarse con su novio , el piloto belga Jérôme d’Ambrosio. La pareja se dio el ‘sí, quiero’, en Mónaco, el verano pasado, en una ceremonia íntima , en la que estuvieron presentes los padres de la archiduquesa y su abuela la baronesa Fiona Thyssen-Bornemisza, que en su juventud fue una famosa modelo. Abuela y nieta guardan un cierto parecido y comparten pasiones, como la moda y los caballos.
“Mi sueño es crear joyas para mujeres de todas las generaciones”, dice. “Se trata de valorar las cosas atemporales y con sensibilidad y de sentirse cómoda en cada ocasión”. Ella es la mejor embajadora de su filosofía.