Paloma Segrelles ha sufrido la COVID-19 en primera persona. De hecho, ha necesitado varias semanas en reposo absoluto para poder recuperarse. Afortunadamente, ha podido recuperarse, al igual que su padre, el abogado Francisco Segrelles –presidente del Grupo de Responsables de Formación de Entidades Financieras (GREF)–, que también ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente de la columna. Así nos lo ha contado la propia Paloma en el estreno de Loc@s, celebrado en el madrileño teatro Marquina. Allí, también ha hablado con ¡HOLA! de lo mayores que están sus mellizas Paloma y Tiziana, fruto de su matrimonio con el empresario Emilio Álvarez –a su vez, hijo del fallecido presidente del Grupo Eulen–.
- Habéis pasado el virus en casa. ¿Cómo te encuentras?
Me encuentro muy bien. Hay quien pasa el virus como una gripe y quien lo pasa como neumonía, que es mucho más duro. En mi caso, ha sido con neumonía. He estado un mes en la cama con medicación.
- ¿Has necesitado respiración asistida?
No me ha hecho falta porque (mi nivel de oxígeno en sangre) estaba en 91, pero no lo he pasado nada bien. No me podía levantar de la cama. Hay que tomar las medidas de precaución porque el virus es fuerte. No es ninguna gripe ni ninguna tontería.
- ¿Te ha quedado alguna secuela?
No. Lo que pasa es que estoy esperando a hacer deporte de manera fuerte. No lo aconsejan hasta que pasen seis meses. También me canso mucho y con la mascarilla más, pero no me ha quedado ninguna secuela.
- ¿Cómo está tu padre?
Se operó de la espalda y tenía una cosa de pulmón. Pero ahora está estupendo, perfecto. Está como si nada.
- Vaya 2020 que ha pasado la familia.
Ha sido un año muy malo, pero el 2021 va a ser un año estupendo. Y espero que también para todos. En estos momentos, es cuando te das cuenta de la importancia de la salud. Es fundamental y hay que disfrutar.
- ¿Tienes ganas de enamorarte este año?
La verdad es que, de estar confinada, he encontrado los rincones de la casa, mi espacio… Algo que nunca pensé que ocurriría porque soy de moverme mucho. Estoy encantada. De momento, creo que me quedo así.
- Tampoco necesitas a nadie para ser feliz.
No. Amigos y familia.
- ¿Cómo están tus hijas? ¿Han vuelto a clase?
Sí. Estuvieron aquí por Navidades y viendo a la familia, porque no se podía salir. Ya están en Suiza, internadas. Allí están sin mascarilla ni nada.
- ¿Cómo las ves?
No sabes lo mayores que están. Van a cumplir ahora once años, pero están súper maduras.
- ¿Qué te sorprende de ellas?
Aparte de la altura, que ya me llegan por la frente, me sorprende la madurez que tienen: el entendimiento de las cosas, de los temas del os que te hablan. Son como personalizas.