La cuarta edición de Maestros de la costura empezaba este 25 de enero en La 1 de Televisión Española con la sostenibilidad y el reciclaje como ejes principales. Tras la victoria de Joshua Vázquez en la temporada pasada, doce nuevos aspirantes lucharán por ser el mejor modisto de España frente a Lorenzo Caprile, María Escoté y Alejandro G. Palomo, el jurado que llevará de nuevo la exigencia al más alto nivel. Así, Elena, Yelimar, Mily, Laura, Nani, Ana, Álvaro, Ancor, Javier, Fermín, Gabriel y Lluís mostraban su alegría al entrar al taller para formar parte de esta temporada y lo primero que hicieron fue plasmar su personalidad a través de una prenda. Un primer reto ambientado en Moulin Rouge, en el que no faltaban desfiles al más puro estilo cabaret bajo la atenta mirada de Eugenia Silva y en el que Ancor se alzaba como primer ganador de la noche.
Te presentamos a los concursantes de la cuarta edición de 'Maestros de la costura'
"Debo deciros que nunca antes hemos visto una prenda como la que vamos a premiar en un primer programa. Ha habido consenso a la primera, que es muy raro", revelaba Lorenzo Caprile sobre Ancor antes de nombrarle como ganador del reto en el que Mily quedaba segunda. Ambos eran nombrados jefes de taller de la prueba por equipos. En esta, el programa ponía rumbo a Barcelona con el fin de rendir homenaje a la moda catalana. Dividos en dos grupos debían enfrentarse, con el inconveniente de que aún no se conocen demasiado entre sí, ni cómo es su estilo o la forma de trabajar de cada uno. El objetivo era replicar dos piezas a elegir entre varias firmas con sello catalán como Manuel Bolaño o Juan Avellaneda, pero todo salía "tan desastroso" que los jueces decidían que los 12 aspiantes fueran a la prueba de eliminación. "No entendemos cómo en vuestra presentación dejábais a todos anonadados pensando en que érais los mejores de todas las ediciones y habéis hecho una prueba grupal tan mala", comentaba Raquel Sánchez Silva.
Una vez de vuelta al plató, Javier, que había sido el más organizado del reto anterior, tenía la posibilidad de salvarse a sí mismo o a tres de sus compañeros. Y, aunque le daban un minuto para pensarlo, él lo tenía claro: "Me quiero quedar una semana más y aprender. Lo siento por ellos", confesaba. Entonces, los otros once aspirantes debían confeccionar una prenda a base de papel mientras La Terremoto de Alcorcón les acompañaba. Laura era la primera concursante en pedir el imperdible dorado para que alguien la ayudara (en este caso el único salvado de la noche) y con ello no podrá volver a hacerlo en toda la edición. Ancor volvía a sorprender a los jueces con su creación y Elena se convertía en la peor de la noche. "No es ni un disfraz. No se puede poner, me parece una bolsa de basura", decía Maria Escoté del diseño de la expulsada. "Me lo merezco porque la prenda no se podía poner", confesaba la concursante.