Sus caminos se cruzaron en 2001, cuando Fabiola Martínez se presentó a un casting para uno de los videoclips de Bertín Osborne . Así surgió una bonita historia de amor que se formalizó cinco años después, el 19 de junio de 2006, cuando contrajeron matrimonio , en la ‘Hacienda San José’, la finca que posee el cantante y presentador en Sevilla. A lo largo de estas dos décadas de amor, ambos siempre habían superado los infortunios e, incluso, han salido reforzados de ellos. Sin embargo, la pandemia lo ha alterado todo. Como ha ocurrido en muchas parejas, la convivencia a lo largo de estos meses de incertidumbre ha terminado pasando factura a su relación.
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“Las cosas no pasan de un día para otro. Hemos hecho todo lo posible, pero no ha podido ser. La convivencia es muy complicada”, reconoce Fabiola
“No estábamos al cien por cien bien y había crispación sin motivo. Es muy agotador y no nos lo merecemos porque Bertín es increíble como persona”, añade
La decisión de emprender vidas separadas no ha sido fácil, pero sí meditada. Bertín y Fabiola la han tomado de mutuo acuerdo y manera amistosa, siempre considerando lo más importante que tienen en común: sus hijos, Kike, que cumplirá catorce años el próximo viernes 30, y Carlos, de doce. Por ello, cuando la ruptura se hizo pública este domingo 17, en el programa Viva la vida, el artista andaluz no tardó en emitir un comunicado: “Nos hemos separado hace poco tiempo. No hay un motivo concreto, sino problemas de convivencia. No hay terceras personas que nos hayan motivado a tomar esta decisión y sí la dificultad de convivir con nuestras distintas personalidades”, rezaba el escrito, en el que Bertín también entonaba el mea culpa: “Mi manera de ser y mi personalidad han sido determinantes en esta separación. Yo confieso que soy complicado en el día a día y asumo toda la responsabilidad en los motivos que han dado lugar a esta decisión”. De hecho, el cantante, siempre honesto, dedicaba unas cariñosas palabras a la madre de sus hijos: “De Fabiola solo puedo decir que es una persona maravillosa, gran compañera, estupenda mujer y como madre es, literalmente, única. Espero que, aunque vivamos separados, sigamos unidos en la amistad de nuestras familias”.
“Fabiola y yo hablamos todos los días y los niños están fenomenal. Estoy muy bien, muy tranquilito. Hay que tomárselo como es. Así es la vida, ¿no?”, manifiesta el cantante
Ya el lunes 18, Bertín se mantuvo sereno a la salida de su finca sevillana, donde atendió a los medios: “Yo estoy muy bien, muy tranquilo. Los niños están fenomenal y hablamos todos los días. Gracias a Dios, no ha habido nada grave, más que una cosa de que somos distintos. Nada más. En general, los hombres y las mujeres”, declaró haciendo gala de su singular sentido del humor y la espontaneidad que le distingue. “Hay que tomárselo como es. Así es la vida, ¿no?”, añadió.
Habla Fabiola Martínez
Por su parte, la exmodelo venezolana también se pronunció, este mismo lunes, al abandonar la vivienda familiar, situada en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.
—La noticia nos ha sorprendido a todos.
—Bueno, sí. Pero las cosas no pasan de un día para otro y los dos hemos hecho todo lo posible por mantener el matrimonio, aunque no ha podido ser.
—¿Es difícil la convivencia, como dice Bertín?
—Pues sí, es muy complicada y más cuando estamos uno en un lado y otro en el otro… El carácter de los dos…Todo influye.
—Bertín reconoce que el suyo es difícil.
—En eso es muy caballero, pero, cuando un matrimonio se separa, siempre hay una responsabilidad repartida.
—¿Él permanecerá en el campo y tú en Madrid?
—Sí. De momento, sí.
—¿Tú te quedarás al cargo de los niños?
—Todavía no hemos hablado de nada, de cómo lo vamos a hacer. Hemos pensado mucho esta decisión, pero todavía no nos hemos organizado.
Eugenia, hija del cantante, declaraba: “Estas cosas no se esperan, pero estamos bien. Por supuesto, Fabiola es familia nuestra y eso no va a cambiar”
—¿Cómo te encuentras?
—Bien, ya he pasado mi proceso. Al final, es una mezcla de muchas cosas: de miedo a la incertidumbre, de tristeza por la pérdida… Desde hace bastante tiempo, por trabajo, Bertín y yo hacíamos vidas separadas y no estábamos tanto tiempo… Creo que el confinamiento fue el momento en el que más tiempo seguido hemos estado juntos y ha sido maravilloso. Tengo que decir que ha sido casi como un regalo porque nos ha dado la oportunidad de convivir intensamente y bien.
—¿Entonces?
—Es difícil explicarlo, pero hay un momento en el que sientes que el cariño y el amor… cómo decirlo… Que el amor es más fraternal. Él me quiere a mí y yo le quiero a él, pero no siempre es suficiente. No estábamos al cien por cien bien y eso hacía que hubiese fluctuaciones emocionales y crispación sin ningún motivo. Ese desgaste te lleva, al final, a que no te apetezcan muchas cosas y, bueno, ¿para qué prolongar eso?
—¿Quién dio el paso?
—Ha sido mutuo. Bertín y yo siempre hemos tenido esa relación de complicidad, de hablar y de decirnos las cosas, pero no ha sido una única conversación.
“Carlitos se lo imaginaba porque nos veía discutir”
—¿Esta decisión es la definitiva?
—Lo de darnos un tiempo ya lo hemos hecho varias veces. Increíblemente, nunca ha coincidido con las veces que nos han separado. Lo que cambia, en en esta ocasión, es que los niños ya lo saben. Carlitos, que es el más consciente de las cosas, lo ha asumido bastante bien. Incluso ha dicho que él se imaginaba que iba a pasar esto porque nos veía discutir. Nunca han sido discusiones demasiado fuera de tono, pero sí que se notaba la crispación. Éramos extremos constantemente. Igual que estábamos llenos de amor y pasión, de repente, no nos podíamos ni ver. Eso es muy agotador y no nos lo merecemos ninguno de los dos porque Bertín es increíble como persona.
—¿Has hablado con él tras su comunicado?
—Sí, justo después. Lo escribió él y yo no sabía lo que iba a decir. Sabía que no podía decir más, pero lo de echarse la culpa y todo esto… Le he dado las gracias por haber sido tan cariñoso, tan respetuoso y tan caballero. Nos hemos cruzado mensajes cariñosos porque, de verdad, nos queremos un montón.
—¿Y a partir de ahora?
—Bueno, no soy mucho de planificar para el futuro, pero estoy intentando hacer todas esas cosas que no había hecho por falta de tiempo. Me he matriculado en un máster en Administración de Empresas, Coaching de Inteligencia Emocional y Programación Neurolingüística. Todo suena como muy guay, pero ponerte a estudiar con cuarenta y ocho años… Aunque me hace ilusión y estoy deseando aplicarlo en la fundación.
—¿Vosotros seguís con ella?
—Si Dios quiere, mi idea es que nos sobreviva a nosotros. La fundación tiene que estar por encima de las personas que la han creado. Al fin y al cabo, no es para nosotros, sino para ayudar a otras personas.
—Sabes que ahora se va a especular, sobre todo, por Bertín…
—Bueno, son las cosas malas de ser un personaje público… Yo sé lo que he vivido con Bertín, sé lo que hemos construido y también tengo clarísimo por qué hemos llegado a este punto. ¿Estoy preparada? Pues creo que sí, porque lo tengo claro. Ahora, si hubiera algo y yo no fuera consciente… Obviamente, me dolería, como le pasaría a él si, de repente, se enterara de que yo llevaba una vida paralela. Ni ha sido el detonante ni ha habido nada en este sentido. Pero bulos…
Un virus que lo cambió todo
Como decíamos al principio, Bertín y Fabiola han sido una de las tantas parejas a las que les ha pasado factura la pandemia. En marzo, al descontrolarse la situación sanitaria en nuestro país, la familia se trasladó a su finca sevillana, en busca de una mayor seguridad. No hay que olvidar que su hijo Kike, que nació con lesiones cerebrales, es considerado persona de riesgo. Con ellos se instaló el padre del cantante, Enrique Ortiz y Lopez-Valdemoro, conde de Donadío de Casasola, de noventa y dos años. Al parecer, los padres de Fabiola también habrían pasado el confinamiento con ellos.
“Gracias a Dios, no ha habido nada grave más que somos distintos. Nada más. En general, los hombres y las mujeres”, asegura Bertín, con humor
Lo que parecía ser un traslado temporal para la familia terminó alargándose durante meses y fue ahí cuando comenzaron las primeras tiranteces entre Bertín y su mujer, que, por cuestiones laborales, nunca habían pasado tanto tiempo juntos. La venezolana siempre había mantenido su deseo de regresar a Madrid, donde su hijo Carlos estaba escolarizado y Kike recibía sus tratamientos. Por su parte, Bertín prefería alargar su estancia en la finca y no solo porque vivir en Sevilla le facilitaba las grabaciones de su programa para Canal Sur —por este motivo, debía permanecer allí dos o tres día por semana—. “En cuanto salgo del campo me tengo que mentalizar y no es fácil”, nos reconocía el presentador y cantante, en septiembre. Según ha apuntado el entorno más próximo de la pareja a ¡HOLA!, este tema desencadenó discusiones entre Bertín y Fabiola, que siempre se han confesado temperamentales y de fuerte carácter.
Sin embargo, no tardaron en surgir nuevos problemas. A finales de septiembre, a los pocos días de que el artista concediera su entrevista a nuestra revista, el mayor de sus dos hijos, Kike, contrajo el coronavirus, en Madrid. “A Bertín le ha pillado todo esto en Sevilla, grabando el nuevo programa de Canal Sur”, nos decía la exmodelo, entonces.
La difícil decisión
Afortunadamente, todo lo sucedido con Kike quedó en un susto y el matrimonio pudo reencontrarse en la ciudad hispalense. A principios de noviembre, ambos acudieron a la entrega de los Premios Radiolé , donde el cantante recogió un galardón. Además, pasaron juntos el puente de diciembre en la finca sevillana, para celebrar el sesenta y seis cumpleaños de Bertín, con la asistencia también de los padres de Fabiola. Sin embargo, ambos notaron que sus sentimientos habían cambiado y decidieron abordar la situación, como adultos que son.
Según ha podido saber ¡HOLA!, tras esa conversación, el artista y la exmodelo empezaron a comunicar su ruptura a su entorno más íntimo, a principios de diciembre, una vez que emprendieron caminos por separado y acordaron las primeras cuestiones sobre su separación. De ahí que no haya fotografías de toda la familia durante las fiestas navideñas. En las redes tampoco se publicó ningún mensaje de Bertín el pasado 28 de diciembre, día en el que la venezolana cumplió cuarenta y ocho años. Eso no quita para que haya una comunicación más privada y que su relación sea, como ellos dicen, muy buena.
Ahora toca el momento de iniciar un nuevo capítulo en sus vidas para ambos, el uno sin el otro. Mientras que Fabiola permanece en Madrid con sus dos hijos, Bertín continúa volcado en todos sus proyectos y no solo en los televisivos. Obligado a mantener su agenda de conciertos por la crisis sanitaria, ha aprovechado estos meses para lanzar su primera colección como diseñador de ropa y también su propio mezcal —bebida alcohólica, típica de México—, además de desarrollar otros empresariales e inmobiliarios.
“Tengo clarísimo por qué Bertín y yo hemos llegado a este punto. Obviamente, me dolería si me enterara que llevaba una vida paralela”, dice Fabiola, que ha empezado a estudiar un máster
Las hermanas Osborne, unidas
Las tres hijas que Bertín tuvo con Sandra Domecq —fallecida en 2004, víctima de un cáncer— siempre se han mostrado muy unidas, y ahora más que nunca, dado que en una separación matrimonial todos lo pasan mal. No solo los protagonistas, sino también viven días extraños las personas que los quieren y están a su lado. Eugenia, la mediana de las tres hijas del cantante y presentador, ha sido la primera en romper su silencio y realizar las primeras declaraciones, tras la ruptura de su padre, mientras paseaba a su perro por los alrededores de su domicilio. Muy tranquila, la psicóloga afirmó que una separación es algo que “nunca se espera” y que, aunque se ha puesto fin al matrimonio, el vínculo con la venezolana seguirá: “Fabiola es familia nuestra y no va a cambiar nada”. Por otra parte, aunque no han hecho declaraciones públicas, en su círculo privado, Alejandra y Claudia —la hermana mayor y la pequeña, respectivamente—, se han mostrado tristes por el desenlace, dada la excelente relación que mantienen con la madre de sus dos hermanos, Kike y Carlos.