“Desde Málaga al mundo”, dice Ana Mena al inicio de A un paso de la luna, la canción que ha terminado de lanzarla a la estratosfera del éxito. A sus 23 años, lleva desde los 8 en el mundo de la música: ha ganado concursos, dio vida a Marisol a los 11, a los 13 participó en La piel que habito, protagonizada por Antonio Banderas… y hace uno abrió la Gala de los Goya cantando sobre el escenario en su tierra, Málaga. Si Italia la encumbró en el verano de hace casi tres años, este 2020 que acabamos de despedir la ha convertido en un fenómeno. Tal cual.
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Es una de las artistas más escuchadas. Aunque Ana se sonroja si le mencionas los récords y las cifras y, con la humildad por delante, asegura que todo ha sido poco a poco y con el esfuerzo de mucho trabajo por delante. Más de mil millones de reproducciones de sus vídeos y canciones en YouTube, números uno en las listas de éxitos, más de cinco millones de oyentes mensuales en Spotify, 20 discos de platino, dos de oro, casi un millón de seguidores en Instagram…Suma y sigue.
Tras éxitos como D’estate non vale y Una volta ancora (Se iluminaba) —con Fred de Palma— y el boom de A un paso de la luna —junto a Rocco Hunt—, entre otros, el 22 de enero estrena su nuevo tema, con Omar Montes y Maffio. No la perdáis de vista.
¿Cómo te sientes a un paso de la luna, Ana?
Estoy contenta, muy orgullosa y muy agradecida de todo lo que nos ha dado la gente y la música en este ultimo año tan raro e incierto. Nunca me hubiera esperado que estuviese tan lleno de buenas noticias. Estoy feliz, me siento como flotando.
Precisamente en 2020 tan incierto y extraño, como dices, has vivido un gran boom musical…¿Crees que el éxito ha tenido que ver también con la alegría que transmiten tus canciones?
Está claro que las canciones tienen que conectar con la gente y que este año hayan salido temas con ese mensaje tan positivo, tan esperanzador…puede ser, sí. Me tomo la música, además de como una filosofía de vida, como una terapia y si alguna de mis canciones ha podido servir en algún momento para que la gente se aferre un poco a esa alegría y a mirar hacia delante, pues genial.
¿Te esperabas un éxito tan arrollador?
No, y en Italia menos. Al final, yo soy de aquí y llevo trabajando en mi país y en la música desde que tengo ocho años. He hecho muchas cosas, me he caído muchas veces y muchas puertas se me han cerrado y se han vuelto a abrir otras. He ido construyendo mi carrera poco a poco, vas aprendiendo, forjándote, y las cosas van sucediendo paso a paso. No me esperaba para nada lo que ha pasado en Italia, que ha sido un «boom» desde el primer momento.
“Me he caído muchas veces, muchas puertas se me han cerrado y se han vuelto a abrir otras. He ido construyendo mi carrera poco a poco», nos cuenta la intérprete de Se iluminaba y A un paso de la luna”
¿Qué te dice tu familia?
Mi familia está muy contenta. Ha vivido conmigo el trabajo de tantos años, sobre todo, cuando empiezas tan niña. Las cosas cuestan mucho sacrificio y nadie mejor que nosotros sabemos todo lo que nos ha costado. Así que, cuando por fin van llegando los frutos, lo vives con mucha felicidad. Es verdad que les gustaría que estuviera más tiempo en Estepona con ellos —ríe—, porque somos muy familiares y nos echamos mucho de menos, pero es lo que tiene también esta profesión.
Te echan de menos, claro, antes cuando eras niña te acompañarían tu padres…
Sí, yo tenía 8 años entonces, mi hermano tenía 1 y mi madre me acompañaba más a menudo porque mi padre trabajaba, pero los fines de semana venían los dos. Evidentemente yo ya vivo sola…bueno con uno de mis mejores amigos, en Madrid. También paso mucho tiempo en Italia, de hecho estoy buscando casa allí. Claro, vivo la vida independiente de una chica de 23 años. Yo creo que cuando cumplí los 18, que ya por aquel entonces había conocido al que es mi manager, comencé a viajar sola.
¿Y tu abuela es tu mayor fan?
Sí, mi abuela es mi superfán. Lo primero que hice al ganar el primer concurso fue comprar un regalo para ella. Tendría diez u once años.
Estás buscando casa en Italia, ¿te vas a trasladar a vivir allí?
Viviré entre Madrid y Milán y haré triángulo con Málaga, porque siempre que puedo me escapo a casa. Tengo que pasar una temporada en Italia porque tenemos varios proyectos, pero aquí también, que es mi país… Así que, a partir de este año que acaba de comenzar, tengo que llevar dos casa en el sentido de estar en dos países a la vez. ¡Pero tengo muchas ganas!
Y, a final, está, como quien dice, está aquí al lado.
Hacerte con un equipo de cero y empezar a tener personas de confianza en un país que no es el tuyo requiere un tiempo y ha sido un proceso de estos dos años atrás, pero ya tengo bastantes conocidos y amigos. En Italia me siento como en casa porque me han acogido y me tratan muy bien; nunca he vivido fuera de mi país y es una experiencia que me apetece.
¿Y cómo surgió que empezaras a colaborar con artistas italianos?
Empezamos a hacer música con artistas de allí y a cantar canciones en italiano en el 2018, ya hace casi tres años. El primer tema se llamaba D’Estate non vale (En verano no vale), con un artista llamado Fred de Palma. Por aquel entonces, yo no era absolutamente nadie en Italia y él también estaba en desarrollo, así que ninguno de los dos nos esperábamos lo que pasó. Fue sacar el tema y, más o menos un mes después, se metió en virales y en el top 200 de Spotify, porque ni teníamos listas ni radio ni nada.
Gracias al boca a boca, la gente fue recomendándola entre amigos y familiares y aquello fue subiendo. Se metió el top 100, luego en el top 50… Hasta llegar al número uno. Yo estaba alucinando, bueno, y sigo porque, a día de hoy, no doy crédito con lo que estoy viviendo… Todo lo que me ha ocurrido allí, además, me ha servido también mucho aquí. Ha sido muy bonito y estoy agradecidísima.
“Mi abuela es mi superfán. Lo primero que hice al ganar el primer concurso, cuando tenía diez u once años, fue comprar un regalo para ella”
¿Y empezar en Italia fue algo casual?
Fue una cosa casual completamente, aunque es verdad que llevábamos poniendo el foco en los artistas de Europa, no solo italianos. Cuando piensas en lanzar tu música al extranjero, lo primero que se viene a la cabeza es Latinoamérica, y de hecho hemos ido varias veces, hemos estado en México, Perú… y es un pasada. Pero, de alguna manera, me daba la sensación de que se estaba obviando a esta nueva corriente de artistas europeos emergentes, que vienen con mucha fuerza y una personalidad muy interesante. Tenía ganas de comenzar algo así y la oportunidad surgió sin planearlo.
¿Cómo fueron esos inicios sin hablar italiano?
Pues como si fuese un loro, repitiendo el audio de Google Traductor. Llegaba sabiendo decir solo ciao y grazie y las típicas palabrotas, que es lo primero que se aprende de un idioma —ríe—. Ahora sí, ya he aprendido, me gusta mucho, siempre me ha parecido muy sexi y sensual. Ha sido un reto también.
Estás viviendo un sueño, Ana.
Absolutamente. Estoy viviendo un sueño, estamos trabajando un montón, la verdad, sin parar.
Sin saber dónde te levantas al día siguiente…
Sí, pero esa falta de monotonía a mí me gusta. Cuando estás mucho tiempo sin parar piensas en lo mucho que te gustaría tener un día libre, y cuando lo consigo…resulta que no quiero tenerlo. He comprobado que no sirvo para no tener nada que hacer. No se si es porque tengo 23 años o por la misma ilusión de cómo están yendo las cosas, pero no me gusta tampoco tener un día igual que otro.
Para culminar este momento, ahora solo falta que vuelvan los conciertos.
Sí, este año nos ha faltado mucho el contacto directo con la gente. Las redes sociales nos han ayudado mucho, pero no es lo mismo que poder hacer conciertos y ver la reacción de la gente. Al final es nuestro territorio, el estudio y el escenario.
¿La gente te sigue reconociendo como la niña que interpretó a Marisol?
A veces. Y eso es guay.
“Hay cosas que no haces, claro, pero, de verdad, no creo que me haya perdido nada en mi vida porque todo lo que he hecho ha sido porque he querido. Mis padres en ningún momento me han obligado a nada, al contrario, decían: “La niña quiere ir, pues vamos”. Tienen el cielo ganado conmigo”
No mucha gente sabe que trabajaste en una película de Pedro Almodóvar.
Sí, tenía 13 años cuando participé en La piel que habito. Hice el papel de Norma niña, que Blanca Suárez hacía de mayor. Fue una experiencia un poco loca, con 13 años y trabajar con ese equipazo en el que estaban mi paisano Antonio Banderas, Elena Anaya… Lo recuerdo con cariño e ilusión porque es algo muy grande. Fue bonito.
¿Cómo eres en las distancias cortas, entre amigos?
Creo que soy una chica muy natural, soy responsable, aunque, a veces, un poco impulsiva, para lo bueno y lo malo. Ambiciosa, también, y muy cariñosa, familiar y espontánea. También me caracteriza que soy muy honesta.
¿Cómo gestionas el éxito, en el sentido de mantener los pies en suelo?
Es muy importante rodearte de un equipo, al igual que es muy importante tener al lado a la familia, que son quienes más te quieren y te conocen, pero, en mi caso, también tiene que ver que no ha sido llegar y tenerlo todo, sino que llevo muchos años persiguiendo este sueño, ha sido progresivo, cada cosa se ha conseguido paso a paso con mucho trabajo, esfuerzo y sacrificio. Esto te hace ser muy consciente de la realidad.
¿Cuál es tu canción favorita?
No tengo una canción favorita, tengo una canción dependiendo de la circunstancia. Una canción favorita…esa es la pregunta más difícil y compleja…
¿Que música escucha una cantante que bate récords?
Suelo escuchar flamenco y me gustan las bandas clásicas de rock, los Eagles por ejemplo. Escucho reggaetón, …tengo canciones para diferentes épocas de mi vida. Si me dices música que represente tu infancia te diría La Oreja de Van Gogh o Triana, el grupo de rock andaluz. En la adolescencia me dio más por el R&B, Craig David, Beyoncé… Y ahora un poco más urbano, las tendencias del trap, que va muy ligado al R&B y por eso me gusta. La música latina…
“Es muy importante rodearte de un equipo, al igual que es muy importante tener al lado a la familia, que son quienes más te quieren y te conocen”
¿El éxito de la música hoy en día depende mucho de las colaboraciones entre artistas?
No es que dependa, pero está a la orden del día, se lleva y se suele hacer mucho. A mí me gusta porque como está todo tan globalizado, conectar de repente con otros artistas, con su manera de hacer las cosas, con su personalidad, y darte a conocer entre su publico, bien sea en tu país o fuera, es fantástico.
Además de cantar ¿qué otras cosas se te dan bien?
Creo que soy muy empática, se me da muy bien conectar con la gente. Se me da muy bien analizar las situaciones, de dónde viene cada y por lo tanto también me analizo muy bien a mí misma con cualquier cosa que me pueda pasar.
Has trabajado desde niña ¿crees que te has perdido algo?
Hay cosas que no haces, claro, pero de verdad no creo que me haya perdido nada en mi vida porque todo lo que he hecho ha sido porque he querido. Mis padres en ningún momento me han obligado a nada, al contrario decían “la niña quiere ir, pues vamos”. Tienen el cielo ganado conmigo en ese sentido, yo era muy pesada. Se que ahora estoy haciendo esto porque he sacrificado otras cosas, pero no tengo el sentimiento de haberme perdido nada.
“Creo que soy muy empática, se me da muy bien conectar con la gente”
¿El arte te viene de familia?
Mi madre cantó flamenco cuando era más joven, con 18 o 20 años, pero fue más como un hobbie, aunque gracias ella la música estaba presente en casa También por eso empecé cantando coplas, flamenco, cuando era pequeña porque era lo que veía en casa, lo que se respiraba… Y mi hermano, que cumple 17 años en febrero, escribe canciones y lo hace muy bien. ¡A veces me sorprende y le digo que vamos a hacer cosas juntos!
Mucho de tu espectáculo es baile, exigirá mucho de buena forma física.
Sí, lleva un entrenamiento bastante exigente y de hecho lo que caracteriza mi show en directo que siempre llevo bailarines. Entreno duro, también con Julita, mi coreógrafa, que es una crack.
¿Qué más te exige esta vida que llevas?
Dormir mucho –ríe- aunque no lo hago tanto como debería. También estar en forma, física y mentalmente. Y estar en constante reciclaje porque está bien explotar lo que te funciona, pero tampoco puedes dejar de innovar, de estar pendiente de las tendencias, e ir evolucionando con la música.
Hablando de tendencias ¿te gusta la moda?
Claro que me gusta la moda, mucho además, aunque no me obsesiona. El día que me apetece me arreglo muchísimo y hay otros días que paso y ya está. Siempre intento llevar lo que creo que me representa, con lo que me veo guapa, cómoda…sin más.
“No puedes dejar de innovar, de estar pendiente de las tendencias, e ir evolucionando con la música”
Y ahora te vas a Milán, la capital de la moda…
-Ríe- soy un poco bolsillo roto en ese sentido…En Milán he aprendido mucho de esa cultura de la moda que se respira y he vivido muchos encuentros relacionados con la moda. De hecho nos han vestido Dolce&Gabbana para el vídeo y la promoción de A un paso de la luna y estuvimos en el front row de su desfile.
Y después de A un paso de la luna ¿cuál es el siguiente paso?
Pues ver precisamente qué sacamos después de A un paso de la luna, cómo afrontamos este año, como nos estrujamos la cabeza de manera que podamos también afrontar los directos de manera responsable y seguir creciendo y evolucionando.
¿Ese punto sexy que tienes en tus vídeos lo tienes también en tu vida?
Depende del momento. Mis amigos más cercanos, que me conocen muy bien, me dicen que cambio mucho y cuando bajo del escenario soy otra persona. No pretendo tener ese lado tan sexy. A lo mejor si me gusta alguien y quiero hacerme notar, pues intento sacarlo pero soy un poco tímida también en ese sentido, creo que se ve más en los vídeos que en mi vida real. Ahí soy más mía, más introvertida.
“En Milán he aprendido mucho de esa cultura de la moda que se respira y he vivido muchos encuentros relacionados con la moda”
¿Te conquistará un atractivo italiano?
Puede ser, puede ser –ríe-Es posible.
¿Cómo te ves de aquí a unos años?
Quién sabe, quiero imaginarme en la música, creciendo y haciendo este tipo de cosas, que al final es mi pasión, mi vida, es lo que me reconforta, me llena y con lo que me siento realizada. Pero como me gusta también experimentar cosa nuevas, tampoco sabría decir. Por lo pronto este 2021 me veo pasando gran parte del año en Italia y otra en España. A largo plazo no me voy a poner límites.
Un escenario soñado.
El escenario de los Grammy sería muy guay, el Madison Square Garden, una Superbowl…
Hay que soñar grande.
Hay que soñar grande, claro, así se hacen las cosas.