Con Aitana Sánchez-Gijón y Miguel Ángel Muñoz, en esta ocasión, como maestros de ceremonias, los Premios Forqué siempre rompen el hielo en la temporada de premios en España. Y esta vez lo hicieron casi de forma literal porque la ceremonia de entrega de los galardones que conceden los productores audiovisuales se realizó en el paisaje de un Madrid nevado y que sufre todavía las consecuencias del temporal Filomena.
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En esta atípica gala, marcada también por el coronavirus y que homenajeó a las víctimas y a los héroes anónimos de la pandemia —policías, enfermeros, cajeras de supermercado y transportistas ayudaron a dar los premios—, se eligió a Las niñas como el mejor largometraje del año. Un triunfo que la coloca como el rival a batir en los Premios Goya.
La otra gran favorita, La boda de Rosa, se fue de vacío, ya que el otro premio al que partía como favorita, el de mejor interpretación femenina, fue a parar a Patricia López Arnáiz, por Ane, mientras que en la categoría masculina el galardón fue para Javier Cámara, por su papel en Sentimental. El actor optaba también al premio en la categoría televisiva por Vota Juan, pero no pudo hacer doblete, ya que perdió ante el Antidisturbios Hovik Keuchkerian. La ficción de Rodrigo Sorogoyen, además, se hizo con el premio a la mejor serie, un galardón que se entregaba por primera vez, venciendo a Veneno y Patria, que se desquitó en la categoría de interpretación femenina, donde Elena Irureta consiguió el galardón en una gala que fue amenizada musicalmente por Pablo Alborán y Pablo López.