Con tan solo 9 años, comenzó su afición por la cocina. “Como mi madre trabajaba los fines de semana, ya me enseñó a hacerme el desayuno”, nos explica Inés Sainz, que fue coronada Miss España en 1997. “También los vascos llevamos esta tradición en los genes”, añade la ahora empresaria, seguidora de una dieta sana. Inés es consciente de la importancia de la alimentación en la salud, después de superar con éxito un tumor en una mama.
Empezaste pronto en los fogones. ¿Qué te enseño tu madre?
Muchas cosas caseras. Sobre todo, el pescado al horno, que mi madre lo hace fenomenal.
¿Y cocina tu hijo, Mateo?
De vez en cuando, como hobby. Además de jugar, cantar y bailar, que nos gusta mucho, solemos hacer rocas de chocolate, que se preparan con chocolate fundido y cereales. Se hacen fácilmente y no manchas mucho…
¿Qué platos sueles preparar?
Por la dieta que llevamos, que es saludable, preparamos muchísima verdura y pescado. También algún plato de cuchara, como el cocido madrileño, que me sale bastante rico.
“Solemos preparar algún plato de cuchara, como el cocido madrileño, que me sale bastante rico”
¿Es tu especialidad?
No, la tortilla de patata. Cuando mis amigos venían a casa, que ahora no nos dejan juntarnos, siempre la reclamaban.
¿Y tu gastronomía favorita?
La cocina de mercado, muy sana. Por ejemplo, cuando como fuera, suelo ir a un restaurante del centro de Madrid que se llama Estimar. Lo lleva el chef Rafa Zafra y tiene una barra de pescado espectacular. También me gusta mucho la comida filipina, que la cuidadora de mi hijo es de allí y cocina súperbien. Nos gusta el sotanghon, que es como una sopa de fideos con verdura y pollo. Es exótico y muy sano.
¿Te cuidas mucho?
Me gusta comer de todo, pero evito las grasas, salsas y los dulces, por norma general. Al irme de casa tan jovencita, empecé a controlar la dieta pronto y es un hábito que tengo adquirido.
¿También con el deporte?
Suelo entrenar tres o cuatro veces a la semana. Hago boxeo, que es muy completo y viene muy bien a nivel psicológico al descargar mucha adrenalina. Lo de empezar el día dando golpes a un saco sienta fenomenal (ríe).
Cáncer superado
Hace un año, te enfrentaste al cáncer. ¿Cómo te encuentras?
Gracias a Dios, estupendamente. Un año después, lo veo como un gran susto. Ahora voy a revisiones y tomo unas pastillas, que, gracias a Dios, me sientan fenomenal. Siempre queda el miedo de que se pueda reproducir, pero vives con ello y ya está.
¿Cómo estás en lo sentimental? Se han publicado unas fotos en muy buena compañía…
Siempre estoy bien acompañada (ríe). Me encuentro muy bien en todos los aspectos.
“Siempre queda el miedo de que se pueda reproducir, pero vives con ello y ya está”
No se sabe nada de esta persona.
Ni quiero que se sepa. De momento, quiero mantener la discreción todo lo que se pueda. No puedo contar nada de nada, porque no sé nada de nada… Lo que tenga que ser, será.
¿Se ha asustado al verse en los medios?
Pues no me he molestado ni en preguntar… Está todo bien.
En plena pandemia, emprendes un nuevo camino profesional.
Sí, en julio terminé un boot camp, de ciencia de datos. Fue como un máster de nueve meses concentrado en tres. Fue durísimo. Lo que hacemos es capturar, analizar y procesar datos. Tiene mucha demanda laboral y Harvard dice que la ciencia de datos es una de las profesiones más sexies del siglo XXI.
Cabracho al horno
El cabracho es un pescado muy apreciado en el norte. Resiste mucho la temperatura y siempre queda muy jugoso.
Tiempo de preparación: 50 minutos.
Ingredientes (para 4 personas):
1 cabracho de un kg ● 2 patatas ● 1 pimiento rojo ● 1 pimiento verde ● 3 tomates ● 1 vaso de vino blanco ● 1 limón cortado en gajos ● 3 dientes de ajo ● Sal ● Pimienta ● Aceite de oliva extra
Elaboración
- Corta las patatas y colócalas en una fuente con un chorro generoso de aceite de oliva.
- A continuación, introduce la fuente en el horno, durante 20 minutos, a 180ºC.
- Pasado el tiempo estimado para cocinar las patatas, coloca el cabracho —ya limpio— encima de la fuente.
- Añade también las verduras troceadas —pimientos y tomates—, más los dientes de ajo, la sal y la pimienta.
- Vuelve a introducir la fuente en el horno durante otros quince minutos, a la misma temperatura.
- A última hora, antes de retirarlo del horno, añade los gajos de limón y el vino blanco, para que el pescado tenga ese punto de acidez.