Les sobran los motivos para ser felices. Ana Boyer y Fernando Verdasco despidieron 2020, un año un tanto agridulce, de la mejor manera: con el nacimiento de su segundo hijo Mateo. El pequeño apenas tiene un mes de vida y ya ha vivido una nevada histórica en Madrid y para sus padres, esto no es más que otro motivo de felicidad. Por eso se avituallaron con la ropa más abrigada que encontraron y no dudaron en dar un paseo por los alrededores de su casa para disfrutar de ese fenómeno único que ha dejado a media España blanca.
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Ana Boyer y Fernando Verdasco ya están en casa con el pequeño Mateo
"Paseíto de felicidad", escribía el tenista junto a una romántica imagen en la que la pareja posa sonriente en medio de un paraje que parece sacado de un cuento de Navidad. Ana, que también ha compartido la fotografía y la ha titulado "Snow day" (Día de nieve) luce un abrigo azul marino, botas de nieve, guantes rosas y un gorro blanco con el que amortiguar las bajas temperaturas. Fernando, por su parte, además de gorro, guantes y un anorak beis, se ha enfundado unos pantalones con estampado de camuflaje que le aportan un toque muy intrépido al look.
La pareja, aunque ahora se encuentra en Madrid, llevaba varios años residiendo en Cátar, por lo que la nieve no ha sido nunca una estampa habitual en sus inviernos, más allá de alguna escapada a esquiar. Por eso, ahora disfrutan al máximo, siempre con prudencia, de las posibilidades que ofrece. El deportista incluso decidió retirar parte del manto blanco que cubría su coche y posar sobre el capó en unas divertidas fotografías en las que simula con humor echarse una siesta sobre el vehículo ajeno a los copos que caen sobre él.
No sabemos si Miguel, que cumplirá dos años el próximo mes de marzo, habrá salido a jugar en la nieve o han preferido mantenerle en el calor del hogar junto a su hermano pequeño, Mateo, que llegó al mundo el pasado 21 de diciembre y ha llenado de alegría la casa de Isabel Preysler. Sin duda, el bebé ha sido la guinda perfecta a un año que no ha sido fácil ya que a las consecuencias de la pandemia se han unido algunos reveses profesionales a los que Fernando ha tenido que hacer frente, como cuando no pudo participar en Roland Garros al ser descalificado por dar positivo en las pruebas del COVID-19. Sin embargo, según el tenista, ya había pasado el virus tiempo atrás y esperaba que le hubieran dejado someterse a más pruebas a fin de que dieran negativo y de que fueran tenidas en cuenta por la organización. El deportista también se enfrentó a lesiones y a una pequeña intervención quirúrgica, de la que, afortundamente, se recupera favorablemente.