Un año más finalizan unas navidades agridulces para Iñaki Urdangarin. Igual que sucediera el año pasado ha podido disfrutar de un permiso que le ha permitido reunirse con su familia en su ciudad natal, Vitoria, en estas fechas tan señaladas. Ahora retoma la rutina y lo hace en el centro Don Orione donde habitualmente desarrolla sus labores de voluntariado, una tarea que realizará aún más a menudo después de que Instituciones Penintenciarias aprobase flexibilizar su régimen. Aunque no le fue concedido el tercer grado, como ha reclamado en repetidas ocasiones, podrá abandonar la cárcel de Brieva (Ávila) para ingresar en el Centro de Inserción Social de Alcalá de Henares, desde donde irá diariamente al centro de ayuda a personas con discapacidad de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, donde normalmente acude como voluntario y dispondrá de un fin de semana libre al mes.
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El año termina con buenas noticias para Iñaki Urdangarin
El marido de la infanta Cristina ha sido fotografiado a su llegada a Don Orione en coche, una imagen ya muy habitual desde que comenzase a realizar estas labores en septiembre de 2019. De acudir cada martes y jueves se amplió el permiso a tres días a la semana y tras la última decisión de Instituciones penitenciarias irá de lunes a viernes. En este caso, llegaba vestido de azul oscuro, con una mascarilla FPP2 cubriéndole el rostro, y una bolsa con sus enseres.
Urdangarin regresaba hace apenas unos días de Vitoria, donde ha pasado su tercer permiso penitenciario desde que ingresara en prisión en junio de 2018. El primero fue en la navidades de 2019 y el segundo el pasado mes de febrero, cuando se le pudo ver comiendo en familia. Después de un año marcado por la pandemia, el tercero llegó el 25 de diciembre, tal y como se pudo ver en las imágenes que ofrecimos en primicia a nuestros lectores, en las que se le puede ver llegando a la capital del País Vasco conduciendo una furgoneta de color negro Mercedes-Benz, mientras sus hijos, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Irene y Miguel, ocupaban los asientos del copiloto y las filas traseras.
El exjugador de balonmano fue condenado a 5 años y 10 meses de prisión por delito continuado de prevaricación, fraude a la Administración Pública, tráfico de influencias y dos delitos contra la Hacienda Pública en el marco del caso Noos. Durante este año, su objetivo ha sido conseguir el régimen de semilibertad que permite el tercer grado, pero sus aspiraciones se vieron frenadas el pasado septiembre por la Audiencia de Palma, que rechazó la posibilidad de avanzar hacia este régimen, así como la posibilidad de que pudiera salir un fin de semana al mes de prisión. Sin embargo, con el año a punto de acabar consiguió al menos flexibilizar sus condiciones actuales de manera que ya no tiene que volver a la cárcel de Brieva, además de disponer de ese fin de semana libre al mes.