Era todo un reto para Ana Guerra y se ha enfrentado a él con orgullo y emoción. La cantante canaria ha dado las campanadas en su tierra junto a Roberto Herrera, todo un veterano, pues ya se había encargado de despedir el año en otras dieciséis ocasiones. Ambos han tomado el relevo de Ana Obregón y Anne Igartiburu, que recibieron el Año Nuevo en la Puerta del Sol. Mientras que su compañero ha optado por un clásico esmoquin, la presentadora se ha decantado por una original creación firmada por Paloma Suárez, diseñadora de la isla de La Palma, que eligió junto a su estilista Victoria Nogales para esta noche tan especial. La que fuera concursante de Operación Triunfo ha lucido un traje crudo con pantalón y falda de tul por encima, un estilismo completado con una diadema en forma de tiara. "Queremos entrar en 2021 con alegría, pasión y cariño", ha dicho la artista, que ha mantenido en secreto su look hasta el último momento, luciendo una capa negra en la conexión previa que han hecho con Madrid. Su peinado, con ondas naturales y a cargo de Sandro Nonna, estaba inspirado en el papel de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York.
-Cristina Pedroche se supera con microvestido 'mascarilla' y botas en las campanadas
-La emoción de Ana Obregón al dar las campanadas en el primer año sin su hijo Aless
Tanto la cuenta atrás del carillón como las campanadas, Ana, se ha mostrado muy contenta y ha brindado con su compañero tras comerse las uvas en directo. "Es un momento maravilloso", ha reconocido al pedir sus deseos, marcados por la esperanza y la felicidad. El estreno de la cantante, quien ha dicho que espera poder repetir experiencia en los próximos 31 de diciembre, no podía ser más atípico. Para cumplir todos los protocolos de seguridad, la Plaza de España de Santa Cruz de Tenerife se encontraba por primera vez vacía. Incluso el reloj que tradicionalmente dabra las campanadas se encontraba apagado: ha sido reemplazado por uno virtual proyectado en el lago de esta ubicación que solo se podía ver desde la pantalla de la televisión.
Su última reflexión antes de las campanadas y los nervios previos
Minutos antes de arrancar la última hoja del calendario y comenzar este nuevo capítulo con la llegada de 2021, la intérprete de temas como Bajito o Ni la hora ha hecho balance de estos doce últimos meses, definiéndolos como los más duros de nuestras vidas. Eso sí, ha compartido la lección positiva que ha sacado: "hemos aprendido a sonreírle a las pequeñas cosas, a valorar los detalles que nos ofrece la vida, a poner a prueba nuestra fortaleza como seres humanos y a estar mucho más en el ahora". Ana es consciente de que este fin de año no viene acompañado de la felicidad de otras veces debido a las ausencias. "Gracias por cogerme de la mano y gritar conmigo ADIÓS 2020, BIENVENIDO 2021", ha escrito.
El día 30 de diciembre, Ana Guerra reconocía a través de las redes sociales los nervios que sentía tras las última lectura de guion con Roberto Herrera. Para quitarle hierro al asunto, en seguida bromeaba: "Yo me voy a levantar a las cinco de la tarde, voy a bajar directamente a la cena y voy a ir en pijama a las campanadas". Sin embargo, la intérprete de Lo malo se pronto para empezar a prepararse. Su peluquero incluso la convenció para cortarle las puntas antes de comenzar con los preparativos.
La artista ya había confesado, con humor, que para ella el mayor desafío era tomarse las uvas en directo: "¡Yo voy a rajatabla con todas las uvas en cada segundo! Pero no me da tiempo a tragar y acabo con los cachetes llenos de uvas", explicó. En cuanto a su deseo para el año que entra, lo tiene claro: "Que se vaya el bicho, que la gente pueda empezar a recuperar sus trabajos, su vida, el arte, la cultura… que vuelva la nueva normalidad que todos deseamos".