En el mundo en el que vivimos hoy en día, es difícil encontrarse a alguien que hable de manera tan apasionada sobre su trabajo. A pesar de su juventud, Daniel Ibañez cuenta a sus espaldas con grandes proyectos en los que ha tenido la suerte de participar (Los Nuestros 2, Arde Madrid, Si fueras tú, Caminantes...), aunque la serie que ha cosechado más éxitos ha sido La Valla (Neftlix), que le ha servido para darse cuenta de que, a veces, la ficción puede convertirse en realidad. Daniel no da pasos en falso y tiene muy claro lo que quiere conseguir, por eso, sus palabras reflejan un gran sentido de la responsabilidad, siendo consciente de que con esfuerzo y constancia todo se puede lograr. Con él hemos hablado de sus inicios en el mundo de la interpretación, de sus proyectos más emocionantes y de lo especial que ha sido rodar con su novia, la también actriz Eva Rubio, en la nueva película que ha hecho junto a Javier Bardem, uno de sus mayores referentes. El actor madrileño, al que próximamente podrás ver en Las leyes de la frontera, del director Daniel Monzón, nos ha contado sus sueños (que no son pocos) y cómo vivió su salto a Hollywood en 2018 con Terminator 6, donde coincidió con Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton. Va paso a paso, pero no hay duda de que, si sigue así, conseguirá todo lo que se proponga.
- Para los que todavía no te conozcan mucho, cuéntanos, ¿quién es Daniel Ibañez?
Esta no es fácil... Pues soy un actor madrileño (todavía los hay de Madrid Madrid); formado en la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid). Algunos de mis últimos proyectos son Terminator 6, La Valla o Caminantes, que pueden verse en este momento en diferentes plataformas. En un plano más personal, me considero un auténtico fanático de mi profesión, a la que procuro entregarme en cuerpo y alma para dar lo mejor de mí y, de esa manera, devolverle al arte parte del gran favor que nos hace a todos.
- ¿Cómo empezaste en el mundo de la interpretación?
Pues, probablemente, mi interés por la interpretación creciera antes de lo que yo alcanzo a recordar, pero puedo deciros que durante toda mi infancia he tenido una gran afición por lo artístico; le leía poemas a mi familia o les hacía actuaciones; si había que amenizar entre plato y plato, ahí estaba yo haciendo alguna monería. Cuando tuve edad, entré a la Escuela Municipal de Arte Dramático de Madrid y a los 18 directamente en la RESAD. Antes de acabarla, ya tuve la suerte de entrar en el circuito profesional de la mano de Darío Facal en su montaje teatral Las Amistades Peligrosas.
- Te hemos visto en papeles muy diferentes en series como Si fueras tú, Arde Madrid, Los Nuestros 2... ¿eres muy metódico a la hora de prepararte los personajes?
Procuro dedicarle mucho tiempo de trabajo y trato de enamorarme de cada proyecto y de cada personaje; para mí ese el primer paso. Mi pareja, Eva Rubio, que también es actriz, me ayuda a prepararme los papeles, es mi coach prácticamente; me conoce mucho; sabe hasta dónde llego y adónde puedo llegar. Se puede decir que soy un poco tarado a la hora de adentrarme en un proyecto.
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- Tu último trabajo ha sido La Valla, una serie que ha cosechado un gran éxito en Netflix. ¿Cómo has vivido esa experiencia?
Con una gran ilusión. Está siendo inesperado para todo el reparto, recibo mensajes todos los días de personas de todas las partes del mundo preguntándome si va a haber segunda temporada. Comentamos mucho los actores cómo ha cambiado nuestra visión de La Valla, desde que la grabamos hace exactamente un año y medio; en ese momento rodábamos una distopía en la que se planteaba un futuro lejano. En este momento se puede decir que, en muchos aspectos, hemos rodado una serie casi costumbrista. Está teniendo una gran acogida en Netflix y esperamos tener noticias pronto.
- Durante el rodaje, ¿te imaginabas que la historia podría parecerse tanto a la realidad que hemos vivido durante estos meses?
La verdad, que ni pensarlo en aquel momento... Yo cuando leí el guión, ya os digo que se me iluminaron los ojos al ver una serie sobre un futuro mediano, o lejano, en el que ha habido una tercera guerra mundial y hay un virus llamado Noravirus (por aquel entonces el nombre me hacía gracia) que hay que combatir. Ahora, desgraciadamente, hay demasiadas coincidencias y no podemos decir que se aleje tanto.
- ¿Qué crees que hace diferente a La Valla?
Sin duda, el universo que plantea. Un futuro de posguerra, en este caso la tercera, en la que España sale victoriosa. Todo ello toma forma con una estética muy trabajada por parte de Néstor Calvo (Director de Fotografía) y todo el equipo de arte. Otro de los puntos fuertes es la frenética trama que se desarrolla en La Valla, no te da respiro y eso hace que arrastre al espectador en un torrente de emociones que es lo mismo que sienten los personajes.
- ¿Por qué recomendarías a nuestros lectores que la vean?
Es una serie que se disfruta mucho. Es virtuosa, tanto en su estética como en su guión, y es algo que no se ha visto nunca en este país. Desde luego no se puede obviar que La Valla ha sido muy premonitoria y que hay demasiadas similitudes que al espectador le encantará reconocer.
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- Has trabajado mano a mano con grandes actores como Ángela y Olivia Molina, Unax Ugalde, Abel Folk... ¿te ayudaron, te dieron algún consejo?
No me lo dieron directamente, pero sí que aprendí mucho de cada uno. Tienen maneras muy diferentes de trabajar, eso es buenísimo para impregnarte de los diferentes colores. Con Ángela Molina tuve más y puede aprender de su manera de "hacer sin hacer". Lo hace fácil todo, es increíble.
- ¿Cómo te llevas con los otros actores de la serie?
Tuve la suerte, como he dicho, de compartir muchas escenas con Ángela Molina. Pienso que parte de la química que teníamos fuera de la serie se filtró a la pantalla. Me dejaba hipnotizado tanto fuera como dentro de la serie. Hace poco hablamos, le felicité por el Goya y nos transmitimos bonitas palabras. Me siento muy afortunado de que haya entrado en mi vida. Por supuesto Unax, que se ha convertido en mi hermano fuera de la ficción y tenemos una estrecha relación, y Belén, que es una de mis mejores amigas. En realidad, todo el reparto hemos congeniado muy bien, había un gran ambiente de trabajo y daba gusto ir a trabajar cada día sabiendo que te ibas a encontrar con este equipazo. Estamos deseando una segunda temporada.
- Ahora estás rodando con Javier Bardem, ¿cómo lo estás viviendo?
A lo mejor es caer en un lugar demasiado común, pero para mí ha sido un sueño. He pensado muchas veces, a la hora de afrontar un trabajo, cómo lo haría Javier y, de repente, lo tenía delante. Uno de estos regalos que te da la vida. Espero que nos encontremos pronto de nuevo. En cuanto a Fernando León de Aranoa es un director al que admiro mucho, una figura emblemática del cine de este país y, además, la batuta de una de las películas que más me ha gustado, que es Los lunes al sol. Ya digo, fue como una ensoñación ese rodaje.
- ¿Nos puedes contar algo de la película?
Bueno, creo que algo ya se ha publicado, espero no meter la pata... Es una comedia bastante ácida sobre un dirigente de una empresa de básculas (Javier Bardem) que espera un premio importante, y parece que todos los problemas se le acumulan cuando más desea deshacerse de ellos. Hago un personaje bastante diferente a lo que venía haciendo desde distintos prismas. Me encantaría deciros más, pero me temo que no puedo...
- Además coincides con tu novia, la actriz Eva Rubio, ¿cómo es trabajar con ella?
Pues es otra de las grandes suertes de este año, otra persona a la que admiro y con la que he tenido la suerte de coincidir. Es muy poco habitual trabajar en esta profesión y ya trabajar con tu pareja en una película de este nivel es prácticamente una quimera. Había trabajado con ella en teatro en la obra KEBAB, dirigida por Gabriel Fuentes, y fue una auténtica gozada, y ahora coincidimos aquí. Cuando supimos que íbamos a estar los dos nos faltaba casa para los saltos de alegría que dimos.
- El salto a Hollywood lo diste hace dos años con Terminator 6, ¿cómo te llegó la propuesta?
Pues todo comenzó con una llamada de mi representante diciéndome que me tenía que grabar un self-tape para enviárselo a Tonucha Vidal, a la que mando un beso enorme, para una película internacional secreta, porque aún no sabía nada, ni del director, ni del título... Total, que hice el self- tape para este proyecto del que sólo sabía que tenía un gran presupuesto. Al poco tiempo, me dicen que me quiere ver el director en Madrid para una prueba en persona. La hago, me entero de que es el director de Deadpool, Tim Miller, y salgo con un ligero temblor en las piernas y con el pecho henchido porque me compara con Edward Norton, que es uno de los actores que más me fascina. No sé nada hasta esa noche, que recibo un mensaje de Tonucha en el que me confirma que estoy en la peli. Abracé a Eva con una fuerza tan excesiva como justificada y estuvimos gritando unos 20 minutos.
- ¿Qué fue lo primero que se te pasó por la cabeza?
Al hacer el self-tape pensé que era realmente difícil que me cogieran, pero lo encaré con muchas ganas y estuve perfeccionando el acento inglés - mejicano hasta la extenuación. Y cuando me cogieron no pensé nada, sentí un miedo cerval a ese proyecto gigantesco y, además en inglés; pero ese miedo no me paralizó, sino que me impulsó y fue una sensación tremendamente placentera.
- ¿Te gustaría repetir la experiencia de trabajar en Hollywood?
Desde luego... fue una gran experiencia. Me vi envuelto en un mundo completamente nuevo para mí, pude rodar fuera (Budapest), en otro idioma y además en una súper producción, algo que jamás pensé que pudiera llegarme tan pronto. Allí me sentí muy acogido por ellos, tienen una gran profesionalidad y, sin duda, de lo mejor fue poder compartir anécdotas tanto con Mackenzie Davis, que fue con la que más tuve, como con Arnold Schwarzenegger o Linda Hamilton, a los que pude ver en alguna ocasión.
- ¿Por qué quisiste ser actor?
Pues no sé muy bien por qué, pero sí que sé que me cuesta hacer otras cosas con el mismo placer que me genera este trabajo. Ordena mi caos. Es profundamente vocacional y, gracias a esta situación tan poco habitual como la que estamos viviendo, la única prioridad que se mantiene inalterable es mi pasión por la profesión y el amor por las personas que quiero.
- También sabemos que tocas la guitarra y cantas, ¿te gustaría probar suerte en la música?
Otro de los mundos que más me completa es el de la música.Siempre he sido un intruso autodidacta, pero siempre ha formado parte de mí. No me veo de una manera profesional en la música porque, así como sí que siento que no pierdo el interés por la actuación al profesionalizarla, creo que sí que podría perderlo al convertir la música en un trabajo.
- En lo profesional, ¿qué sueños te gustaría cumplir?
Os diría que no quiero ganar un Oscar, que me da igual, pero os mentiría... Es una cima que me encantaría escalar y sobretodo no por ganar el premio en sí, si no por ofrecer (o intentarlo) al mundo una pizca de lo que a mí me ha fascinado ver de otros grandes actores y actrices. Pero para ello queda un largo camino por delante que estoy dispuesto a caminar.
- ¿Y en lo personal?
En este plano, el sueño ya lo estoy cumpliendo que es compartir la vida con Eva, la cual me fascina día sí y día también, que desprende una luz como persona y artista que pronto podréis ver.