Se sentó con Pablo Motos para hablar de su último proyecto pero acabó confesando uno de los “delitos” más insólitos. La actriz Inma Cuesta estrena esta semana (el viernes 11 de diciembre) su nueva serie El desorden que dejas, ficción basada en el libro del mismo título de Carlos Montero (premio Planeta 2016) que además es el creador de la exitosa Élite. Montero está detrás de esta adaptación televisiva ambientada en su Galicia natal y protagonizada además por Bárbara Lennie, Tamar Novas y Arón Piper. Inma interpreta a una profesora de literatura que pasa por un bache en su matrimonio y, para tratar de arreglar la situación, se muda a su pueblo natal. Recién llegada al instituto del lugar, se obsesiona con una sospechosa muerte que ocurrió allí poco antes y empieza a ser acosada, lo que le hace temer por su vida.
Inma Cuesta y Álvaro Cervantes, entre los protagonistas de la serie más internacional de Europa
La 'hija' de Inma Cuesta se estrena como actriz
“Los adolescentes pueden ser muy crueles. Se habla poco del bulling a los maestros. Cuando yo estaba en el instituto, los profesores era una figura que se respetaba, y creo que ahora esa línea se ha desdibujado un poco” contó en El Hormiguero. Recordó además su etapa en el instituto donde, aunque sacó buenas calificaciones, se le daban mejor las asignaturas de letras. “¡He aprendido a hacer sudokus ahora!” dijo con humor. Otra de las anécdotas que contó es que en los últimos meses tuvo que aprender a imitar el acento gallego para el rodaje, algo que finalmente acabó dominando.
Una ladrona involuntaria
La intérprete de La novia ha revelado además una de sus costumbres más sorprendentes, provocada por su gran amor por los animales. Cada vez que se encuentra un perro lo recoge, aunque a veces ha ocurrido que, sin ser consciente, ¡los ha robado! “Intento salvarlos, pero a veces me equivoco y los robo. Me ha pasado en varias ocasiones. Eso sí, siempre los devuelvo lavados y todo” respondió con simpatía, recordando el caso de una mascota que se encontró en su portal y como nadie la reclamó, la subió a su casa. A la dueña parece que no le gustó el malentendido, como explicó la artista de 40 años.
El desorden que dejas se ha rodado en distintas localizaciones de Galicia que han dado forma al pueblo ficticio de Novariz: Celanova, Allariz, Ribadavia y la zona de los cañones del Sil, entre otros lugares. "Me apetece mucho que, de repente, haya 140 millones de espectadores potenciales que puedan descubrir las termas, los cañones del Sil, los bosques, los ríos, la piedra, el granito...", explicó a principios de año Montero, natural de Celanova, cuando anunció el proyecto.