Ana Boyer y Fernando Verdasco celebran este lunes tres años de casados, una boda que celebraron en un lugar idílico, la paradisiaca isla de Mustique. Desde entonces la pareja no ha dejado de mostrarnos el gran amor que se tienen el uno al otro, especialmente en este año tan especial para todos, en el que la pandemia del coronavirus ha hecho que se quedasen en Madrid, en la casa de la madre de Ana, Isabel Preysler, donde esperan con gran emoción el nacimiento de su segundo hijo -previsto para Navidad-.
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La pareja se conoció en 2012 durante un concierto de Enrique Iglesias -precisamente hace un año, el 7 de diciembre de 2019, celebraban su segundo aniversario de boda asistiendo a un nuevo concierto de Enrique en Madrid, al que también asistió su hermana Tamara e Isabel Preysler-. Lo cierto es que cinco años después de aquella primera cita, Ana y Fernando se daban el ‘Sí, quiero’ en la isla caribeña de Mustique, una ceremonia idílica celebrada en un escenario mágico: una pequeña iglesia de bambú ubicada al mismo borde del mar. Una ceremonia íntima y muy especial de la que ¡HOLA! ofrecio imágenes en exclusiva. La pareja se instaló en una magnífica villa equipada con varias suites y una piscina infinity, un lugar espectacular en el que celebraron la fieta de la boda y donde se alojaron durante todo el tiempo que pasaron en la isla.
Como ellos mismos compartieron en ese momento, tras la ceremonia, la hija pequeña de Isabel Preysler y su recién estrenado marido bailaron a la luz de la luna en lo alto de una colina con espectaculares vistas al Caribe. "Esperamos ser una pareja superfeliz y unida para el resto de nuestras vidas" escribían entonces los felices novios. Y no hay duda de que, una vez transcurridos tres años de esa gran fecha, la pareja está más feliz, si cabe, disfrutando de una larga estancia en Madrid mientras ven crecer a su hijo Miguel y esperando la llegada de su hermanito, un bebé que nacerá en Madrid en las próximas semanas.
Muchos motivos de celebración
La pareja tiene muchas razones para la celebración. Si recientemente el tenista celebraba su 37 cumpleaños, con varias tartas y mientras escuchaba el 'Cumpleaños feliz' que le cantaron Ana y Tamara, ahora la celebración es doble. y, sin duda, volverá a ser un gran día para toda la familia. Un día que llega tras unos complicados meses a nivel deportivo para Fernando. "Ha sido un año durísimo en lo que al tenis se refiere, con lesiones, pocos torneos jugados e injusticias como la de Roland Garros, la cual me ha afectado mucho anímicamente", señalaba pocos días antes de su cumpleaños. Y es que el tenista tuvo que pasar por el quirófano para poder volver a jugar sin dolor: "Después de más de un año con dolor en la rodilla he decidido hacerme una pequeña intervención", aseguró entonces.
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Ana y Fernando están absolutamente volcados en su pequeño Miguel, un pequeño viajero que, desde su nacimiento, se acostumbró a viajar por todo el mundo -desde Nueva York a París, Doha, Las Maldivas o Shangái- siguiendo el calendario de competiciones de su padre. Le hemos visto dormir plácidamente en los brazos de Ana en un avión y hacer largos viajes de un lado a otro del mundo sin inmutarse. La llegada de la pandemia hizo que ese calendario tenístico se paralizase, lo que ha permitido a la familia abandonar temporalmente esa vida nómada para disfrutar de unos meses en Madrid, junto a Tamara, Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa en la casa familiar de Puerta de Hierro. Y en Madrid está previsto que llegue al mundo el nuevo miembro de la familia que convertirá a Miguel en hermano mayor mientras sus padres caminan ya hacia su siguiente aniversario de boda.
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