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Ha pasado poco más de una semana del fallecimiento del padre de Irene Rosales, quien solo nueve meses antes perdía también a su madre, pero la colaboradora televisiva ha sacado fuerzas para retomar paulatinamente el pulso de su vida. La mujer de Kiko Rivera ha regresado este fin de semana a Viva la vida, programa en el que trabaja y en el que se han volcado con ella. Vestida de negro y serena aunque emocionada, se ha sincerado antes de entrar al plató acerca de cómo está viviendo estos complicados momentos que coinciden en el tiempo con la mala situación que atraviesa su familia política. "Tengo la tranquilidad de que mi padre ya está descansando después de todo el proceso que ha pasado, de que ha estado en muy buenas manos y en que hemos puesto todo de nuestra parte para que se fuese tranquilo", ha comenzado a decir.
© Mediaset- La dolorosa carta de Irene Rosales tras el fallecimiento de su padre
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Mientras que en febrero Isabel Pantoja sí se desplazó hasta Castilleja de la Cuesta para despedir a su consuegra, en esta ocasión no estuvo presente en la despedida del padre de Irene, quien adoraba tanto a la artista como a Agustín Pantoja tal y como ella misma ha confirmado. Una ausencia de la que ahora la colaboradora se ha pronunciado. En este sentido, ha reconocido que entiende que la artista lo está pasando mal y comprende su situación pero que sí le hubiese gustado que fuese, sobre todo por las niñas. También ha confirmado que el DJ esperaba algo de parte de la jurado de Idol Kids. La mujer de Kiko Rivera ha dicho que la intérprete de Marinero de luces la llamó estando en el tanatorio pero que no pudo cogerlo y le devolvió la llamada, sin respuesta. Lo que sí hizo Irene es responder al mensaje de su suegra, quien envió una corona de flores. Con quien sí ha estado en contacto ha sido con sus cuñadas, Eva González y Lourdes Montes, mujeres de Cayetano y Francisco Rivera, respectivamente.
El gran apoyo de Irene
A pesar de que el padre de Irene llevaba casi dos décadas enfermo -fue diagnosticado de un tumor cerebral tras caerse durante el trabajo- y tanto ella como el resto de su familia siempre han cuidad de él día y noche, Irene le ha dicho a Emma García, con la que ha estado en contacto por teléfono en estos días, que el último mes no pudo estar al lado de su progenitor ya que dio positivo en coronavirus. Así, cumpliendo con lo marcado por las autoridades sanitarias, no estaban permitidas las visitas. "La noche antes de morir una hermana mía entró, le habló, lo relajó y se pudo ir en paz", ha relatado con entereza la colaboradora, que está contenta de poder retomar sus compromisos profesionales.
La andaluza tiene por delante la difícil tarea de recomponerse, pero no está sola para lograrlo, todo su círculo le ha tendido la mano y eso le reconforta. En este sentido ha definido a Ana y Carlota, sus dos niñas, como sus motores y su impulso para afrontar la vida con alegría. Además, su marido no le suelta la mano, al igual que ella hace con él. Con Kiko presume de formar un gran equipo que está dispuesto a vivir la vida a pesar de la complicada etapa que ambos atraviesan. También le hace sentirse afortunada recibir el apoyo de sus compañeros de programa y de otros rostros conocidos, un aluvión de muestras de cariño que reconoce necesitar más que nunca.
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