Entre las noticias del coronavirus, la llegada de la vacuna y la preparación de las navidades, en los medios de comunicación del Reino Unidos se ha colado el que podría convertirse en el divorcio más caro de la historia y cuya trama mantiene en vilo estos días a los británicos. Se trata de la batalla judicial que enfrenta al oligarca ruso, Farkhad Akhmedov, y a su exmujer, Tatiana Akhmedov, y cuya historia tiene los tintes de los mejores culebrones. En juego hay una fortuna de 600 millones de euros, un jet privado, un superyate, un helicóptero, una colección de arte que incluye obras de Andy Warhol y Mark Rothko, un Aston Martin y varias mansiones, entre otros muchos bienes.
En 2003, Tatiana solicitó el divorcio de Farkhad, padre de sus dos hijos y con quien contrajo matrimonio en 1993, sin embargo tras varios dimes y diretes así como reconciliaciones y disputas legales en tribunales de cinco países diferentes, el divorcio no se hizo efectivo legalmente hasta 2015 en el Reino Unido, donde actualmente reside la protagonista de esta historia. Un año después, en diciembre de 2016, el Tribunal Superior de Londres dictaminó que Akhmedov debía otorgar a su exmujer el 41,5 % de su riqueza, o lo que es lo mismo 600 millones de euros, pero él se negó.
Tatiana, que hasta ahora tan solo ha recibido un 5,7 millones de euros y lo que el diario Daily Mail ha descrito como "un helicóptero oxidado" después de que su marido haya alegado falta de fondos suficientes, ha decidido llegar hasta el fondo del asunto y ha acusado a su exmarido y a uno de sus hijos en común, Temur, de 27 años, de confabularse contra ella para evitar recibir la fortuna que le corresponde tras la ruptura del matrimonio. Es por ello, que Tatiana, quien acusa a su marido de haber ocultado sus activos en el extranjero y a su hijo de actuar “como lugarteniente de su padre”, ha sentado a este último en el banquillo, con el propósito de averiguar dónde está escondido todo el dinero, que su exmarido asegura no tener.
"Imagínate lo que se siente al ser demandado por tu propia madre. Es una sensación horrible, no deberíamos haber llegado nunca a esto porque yo no he hecho nada malo", ha declarado el joven en una entrevista para el Mail on Sunday. Además, Temur ha señalado que no importa lo que ocurra en los tribunales pues su padre “nunca se reconciliará con ella” porque “su comportamiento escandaloso y vengativo” ha destruido lo que una vez fue una bonita relación.
Por el momento, Tatiana ha conseguido dos órdenes judiciales para “desesmascarar” a su hijo: una de ellas para registrar el apartamento valorado en 35 millones de euros en el que reside su hijo en el centro de Londres, regalo, por cierto, de su padre, y en el que se llegaron a incautar casi 60 dispositivos informáticos y otra para obligar a Google a entregar el contenido de sus correos electrónicos.
Posicionado del lado de su padre, desde hace ya algún tiempo, Temur, quien hace unos días huía de Londres a Moscú para evitar las represalias legales de su madre, entre ellas que le incautaran su pasaporte, está sujeto a una orden judicial emitida a principios de este año que ha limitado sus gastos a 3.300 euros por semana,han congelado sus activos, le impide pedir préstamos así como vivir en su lujoso apartamento londinense.
Temur ha revelado que su padre le ofreció a su madre 110 millones de euros para formalizar la separación y poner fin al proceso judicial, pero que esta se negó. Si mi madre estuviera en la calle, lo entendería totalmente", ha declarado el joven en una entrevista telefónica con The Guardian. "Nunca permitiría que eso sucediera, pero ella vive una muy buena vida. Ella siempre está de vacaciones, siempre está viajando. Veo sus actualizaciones en WhatsApp y estuvo en Ibiza hace unas semanas y también en Italia".
De momento el juez encargado del caso ha aplazado el juicio hasta la próxima semana y dijo que si Temur no asistía el próximo martes, podría ser acusado de desacato al tribunal y enfrentarse a la pena de cárcel o una cuantiosa multa. Por su parte, Farkhad Akhmedov ha repetido reiteradamente que hará todo lo que esté en su mano para anular lo que siempre ha considerado “un juicio y una sentencia equivocadas del Tribunal Superior inglés”.