Desde hace unos meses la vida de Raquel del Rosario está transformándose. La artista asegura que en estos momentos es un cóctel de emociones que pronto dará lugar a un cambio de dimensión. De este proceso ha hablado abiertamente con sus seguidores, a los que ha confesado cuáles han sido los dos acontecimientos que la han cambiado y han hecho que poco a poco vaya integrando la espiritualidad en su día a día. "Nací en una familia católica a la que agradezco muchos de los valores que hoy tengo, a pesar de que no profeso ninguna religión. Digamos que comencé a mirar hacia adentro después de enfermarme y de mi primera separación. Ambos acontecimientos han sido grandes maestros", ha dicho. Así, la cantante marca como punto de inflexión la ruptura de Fernando Alonso y las dos operaciones de cuello de útero a las que se sometió.
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Raquel, a la que le gusta pensar que es una semilla estelar, cambió en estos dos momentos que, pese a ser complicados, le dejaron una lección positiva. En 2009 y 2012 era intervenida quirúrgicamente para eliminar tejido precanceroso del cuello del útero. "Esto me lo ha provocado el virus del papiloma humano, un virus que un alto porcentaje de mujeres padecemos a lo largo de nuestra vida y que muchas veces se elimina sin más, en mi caso se está resistiendo un poco…", decía la que fuera vocalista de El Sueño de Morfeo, animando a todas las mujeres a someterse a revisiones ginecológicas. Un año antes de esa segunda operación ponía punto y final a su matrimonio con el piloto de Fórmula 1 Fernando Alonso. Se habían casado en 2006 en Asturias, tierra natal de él, y mantuvieron en todo momento una discreta relación.
En el comunicado que Raquel y Fernando enviaron para anunciar su ruptura, dejaban claro que iniciaban caminos diferentes pero que estarían siempre unidos por su amistad ya que prevalece el cariño y la admiración mutua. Así ha sido. A lo largo de este tiempo, han velado por la felicidad del otro y se han alegrado por las buenas noticias que ha vivido cada uno tanto en el terreno personal como en el profesional. Hace solo unos meses, coincidiendo con el cuarto cumpleaños de Mael -el hijo pequeño de la artista-, el deportista le trasladaba su cariño con un emoticono de una tarta. Es habitual ver a la expareja compartiendo mensajes a través de redes sociales. De hecho, la canaria apoyó públicamente a su ex cuando decidió retirarse de la competición. "Y ahora, todo empieza de otra manera. Feliz fin de ciclo, feliz comienzo", le deseaba. También el deportista visitó a la familia Castro del Rosario en Los Ángeles en compañía de la mujer con la que comparte su vida, Linda Morselli.
La rutina de Raquel en California y lo que más echa de menos de España
La representante de España en Eurovisión 2013 -cantó con El Sueño de Morfeo la canción Contigo hasta el final- no solo ha respondido a las preguntas de los seguidores acerca de la espiritualidad, también ha compartido detalles de su día a día en familia, ha desvelado los motivos de su ausencia musical y ha contado lo que más echa de menos de su Canarias natal. Raquel, que disfruta con el anonimato que tiene en Calabasas, ha dicho que entre sus planes no está dejar Estados Unidos pero que añora España, especialmente a sus allegados, las papas arrugás de su isla, ver el atardecer desde las canteras, bañarse en el Atlántico, estar en su pueblo... Desde hace más de un año no disfruta de estos pequeños placeres y por ahora parece que tendrá que esperar puesto que las autoridades sanitarias americanas impiden a los suyos entrar en el país y ella no puede viajar con los niños porque las aerolíneas no hacen excepciones con el uso de mascarilla y "teniendo un niño con autismo es inviable".
En California, la artista, que reconoce no saber el motivo por el que no sigue cantando, está completamente volcada en la familia que ha formado al lado de Pedro Castro. Su rutina, en la que su marido y ella no cuentan con ayuda, pasa por llevar a su hijo Leo tres horas al día al colegio ya que la clase de educación especial es la única que está abierta y Mael por el momento no va al centro escolar hasta que el uso de mascarillas deje de ser obligatorio. En su tiempo libre es habitual verla recorriendo su ciudad con los niños, descubriendo nuevos y mágicos rincones a su lado y conectando con la naturaleza.
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