"Se apagó mi vida". Con estas palabras resumía Ana Obregón su inmensurable tristeza tras la pérdida de su hijo, Álex Lequio, que falleció el pasado 13 de mayo a causa del cáncer que parecía. Aquel día comenzaron para la actriz y presentadora unos meses muy duros. A lo largo de este medio año ha contado con el apoyo de sus seres queridos, como sus hermanas, que han sido pilares muy importantes en los que apoyarse. También ha intentado desconectar en su residencia familiar de Mallorca o en su propia casa de Madrid y ha estado meditando para encontrar la paz. Seis meses después, Ana continúa luchando para seguir adelante -de hecho, dará las campanadas junto a Anne Igartiburu- con el recuerdo de Álex siempre vivo en su interior.
-¿Por qué es tan significativo que Ana Obregón presente este año las campanadas?