A la quinta va la vencida. Eso debió de pensar Joe Biden entre los años 1975 y 1977, cuando una joven llamada Jill le conquistó y él no dejaba de soñar con el día en el que pudieran casarse y compartir su vida. Sin embargo, como ocurre con las cosas importantes de la vida, no le fue nada fácil y tuvo que echar mano de la persistencia y la paciencia para poder, al fin, conseguir su propósito y que ella le dijera las ansiadas dos palabras: 'sí, quiero'. Al presidente electo de Estados Unidos le costó, nada más y nada menos, que ¡cinco proposiciones de matrimonio en total!
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Amigas de Tiffany Trump y Sasha Obama: conoce a las nietas de Joe Biden
Cuando se conocieron, a mediados de los años 70, ella acababa de separarse de su primer marido, Bill Stevenson y él aún intentaba superar la pérdida de su mujer, Neilia, de su hija pequeña, Naomi, que habían fallecido en un trágico accidente de tráfico. Jill le "devolvió la vida", tal y como el propio Biden confesaría en sus memorias. Por ello, Beau y Hunter, los otros hijos del político, le animaron a casarse con ella, pero la profesora no estaba todavía segura de querer ser esposa de un entonces senador, sobre todo porque no estaba dispuesta a dejar su carrera y dejar de lado también el anonimato. Así que le dijo que no por primera vez.
Después de aquella negativa llegaron tres más. Joe Biden no se daba por vencido y tenía claro que quería pasar el resto de su vida al lado de aquella mujer. Pero ella no estaba por la labor de vivir con una visibilidad pública constante, de perder su vida y su independencia. Así que el persistente mandatario optó por plantearle un ultimátum: o boda o ruptura. "Te quiero demasiado solo para ser un simple amigo tuyo". Le prometió además que su vida no cambiaría. Y entonces ella, viéndose entre la espada y la pared, aceptó finalmente, a la quinta.
Se juraron amor eterno en la capilla de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York y compartieron su luna de miel con los hijos de Joe Biden. Desde entonces, Jill Biden, que habla español por cierto, ha seguido ejerciendo su adorada profesión: enseñar. El matrimonio ha formado una familia feliz a la que se unió, en 1981, su primera hija en común, Ashley. La alegría duró hasta 2015, año en el que falleció Beau por un cáncer cerebral.