La trayectoria profesional de Britney Spears cuando era solo una niña. Después de hacer algunos papeles en obras de teatro se hizo conocida para el gran público con el programa infantil The Mickey Mouse Club. Sin embargo, fue a finales de los años 90 cuando se convirtió en una estrella internacional gracias a la música. Con sus primeros discos batió récords de ventas y se la consideraba un auténtico icono del pop que sirvió de inspiración para artistas de nuevas generaciones. Sin embargo, con el paso del tiempo fueron cobrando cada vez más protagonismo sus problemas personales, hasta llegar al complicado punto en el que se encuentra ahora. Tiene 38 años y hace doce su padre, Jamie Spears, se convirtió en su gestor y también su tutor legal, impidiéndole de esta manera tomar las riendas de su vida. Hacemos un repaso cronológico por los momentos que han marcado la actual situación de la artista, quien está dispuesta a todo para conseguir que la justicia le dé la razón.
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El inicio del problema de Britney
El punto de inflexión de Britney se sitúa en 2007, cuando se separó de su segundo marido, Kevin Federline -anteriormente estuvo casada durante tres días con Jason Alexander, su novio de la adolescencia- alegando "diferencias irreconciliables". Contrajeron cuando ella tenía 22 años y él 26 en una boda secreta celebrada en la casa del modisto que hizo el traje nupcial y tuvieron dos hijos llamados Sean Preston y Jayden James. La custodia de los menores se la quedó el padre y la artista inició un complicado episodio. Se rapó el pelo e ingresó en la clínica de desintoxicación Promises de Malibú, en la que permaneció un mes. Por un lado se apuntó a que sufría una depresión post parto podría ser el origen de sus problemas pero ella insistía en que era por la bulimia que padecía desde la adolescencia. Sea como fuere, este capítulo hizo que su padre interviniera y decidiera ponerla bajo su tutela.
La baja temporal de su padre
En 2019, las cosas cambiaron y Britney vio un halo de esperanza en su lucha por tomar sus propias decisiones y dejar de depender tanto personal como profesionalmente de su progenitor. Jamie Spears enfermó y pasó la tutela de la artista a la abogada Jodi Montgomery. Cuando se recuperó, volvió a 'gobernar' a su hija, pero esta pidió que fuese sustituido por la letrada que había estado asumiendo ese rol. "Sin renunciar a su derecho a solicitar el fin de esta tutela en el futuro, a Britney le gustaría que el nombramiento de la Sra. Montgomery como tutora se hiciera permanente”, expuso su abogado, Samuel D. Ingham III, señalando que también quería apartar a su padre de todo lo relativo a su economía y poner para esta función a un delegado bancario. Estas peticiones coincidieron con una etapa complicada para la intérprete de Baby one more time, quien estuvo ingresada en un centro psiquiátrico anunció que haría un parón en su carrera musical ahora que estaba resurgiendo nuevamente.
Un movimiento internacional de apoyo
A pesar de que lleva más de dos años sin subirse al escenario, los fans de Britney se muestran incondicionales. Para ayudarla, han puesto en marcha el movimiento Free Britney en el que piden la independencia de la cantante. Ella no quiere que nadie maneje los hilos de su vida y sus seguidores se han puesto en marcha para que su petición sea escuchada (y aceptada) por la justicia. Su hermana Jamie Lynn Spears, que ha sido designada su fideicomisaria, ha apoyado esta iniciativa a la que se han sumado otros rostros conocidos como Miley Cyrus, Paris Hilton y Cher. "Trabajó duro, fue la gallina de los huevos de oro, hizo mucho dinero, enfermó, ahora es una vaca lechera. ¿Hay alguien que esté haciendo dinero con ella enferma y la quiera bien? Alguien que no quiera nada de ella debería cuidarla, su doctor, sus médicos... ¿Es que es un pato?", decía en sus redes esta última.
Su último revés
Este 2020 ha traído un nuevo varapalo para Britney en su intención de ser libre y capaz de tomar sus propias decisiones. La artista demandó a su progenitor para recuperar su libertad pero no ha obtenido la respuesta esperada. El juez de la Corte Superior del Condado de Los Ángeles ha ratificado el papel de Jamie Spears. Eso sí, ha aceptado designar a Bessemer Trust Co. como fiduciario corporativo para administrar su patrimonio. Tras este revés, la cantante ha tomado la decisión de no volver a actuar mientras su padre siga estando a cargo de su carrera.