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La familia de José María Ruiz-Mateos atraviesa unos complicados días marcados por el problema de salud de la viuda del empresario, Teresa Rivero. La que fuera presidenta del Rayo Vallecano durante más de una década -desde 1994 hasta 2011- está ingresada en el hospital de Puerta de Hierro en Majadahonda (Madrid) en estado grave. Según adelantaba El Cierre Digital, la empresaria de 85 años sufrió este jueves una fuerte caída y se ha roto la cadera, una dolencia de la que se espera que pueda ser operada a lo largo de las próximas horas. El estado de la marquesa viuda de Olivara es delicado según recoge ABC, donde indican que padece también una neumonía derivada de su positivo en coronavirus.
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Cuando se cayó, Teresa se encontraba en Madrid, concretamente en la casa de su hija Almudena, enfermera de profesión, y el marido de esta, Alberto Wicke. Tras pasar una temporada viviendo en su Jerez de la Frontera natal, ahora llevaba un tiempo en la capital, donde cuenta con el apoyo de todos sus seres queridos en estos difíciles momentos. Y es que, a su problema de salud hay que sumarle otro legal. Hace menos de un mes, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ratificaba la condena de siete años de prisión impuesta por la Audiencia de Madrid en 2018 a la empresaria por defraudar a Hacienda 8.4 millones de euros con el IVA y el IRPF del que era su equipo, el Rayo Vallecano.
Los últimos acontecimientos de la familia
Teresa, que fue la primera mujer en presidir un equipo de fútbol de Primera División en nuestro país, estaba casada con José María Ruiz-Mateos. Con el fundador de Rumasa y Nueva Rumasa, que falleció en septiembre de 2015 al complicarse una operación de rotura de cadera, formó una numerosa familia compuesta por trece hijos, seis varones (Pablo, Alvaro, Alfonso, Javier, Zoilo y José María) y siete mujeres (Begoña, Patricia, Socorro, Rocío, Nuria, Paloma y Almudena). Dos años después de enviudar, la empresaria sufrió otro duro revés con la pérdida de su primogénita a causa del cáncer. Socorro tenía 57 años y era madre de seis hijos fruto de su relación con el empresario Bernardo Landeta de la Torre.
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En 2018 Teresa se enfrentó a la subasta de la casa en la que tantos momentos pasó al lado de su marido, sus hijos y sus nietos. Ubicada en Somosaguas (Madrid), fue construida en 1972 y en ella pasaron los empresarios 40 años. Se trata de una vivienda unifamiliar de 1.700 metros cuadrados repartidos en 8 dormitorios, 9 cuartos de baño, despachos, bodega, trastero, biblioteca, una amplia sala de juegos y una capilla de unos 60 metros cuadrados. Además, un garaje con capacidad para cinco coches y unos amplios jardines de algo más de 4000 metros cuadrados.
Eso sí, estos últimos años también han traído noticias positivas para Teresa como el enlace de su nieta, María Ruiz-Mateos Fernández Durán, hija de Zoilo. Una boda que tuvo lugar en el colegio del Pilar -centro en el que pasó el novio los primeros años de formación académica-, donde vimos a su abuela y a otros familiares, quienes posteriormente se desplazaron hasta la finca La casa de Mónico para continuar con la celebración.