Como cada día, cuando Ana Rosa Quintana finaliza su programa da paso a Sonsoles Ónega para avanzar los temas que se van a tratar en Ya es mediodía, pero este jueves 12 de noviembre ambas presentadoras tenían que parar la conexión en directo durante unos minutos porque las dos tenían un ataque de risa. "Si yo hablo de mi perro, hablo yo, pero no consiento que nadie hable de él porque es mío", relataba Cristina Tárrega desencadenando lo ocurrido segundos después. Tras esta declaración de la colaboradora de El programa de Ana Rosa, la conductora contestaba: "Y porque Charlie es monísimo y también es monísimo el de Sonsoles Ónega", haciendo referencia a las mascotas de ambas y conectando con ella para darle el relevo a su compañera, quien preguntaba, "¿el qué? Que no te oído", a lo que Quintana respondía: "Tu perrito". "¿Ah, ¿el pelo?", entendía Sonsoles, lo que generaba las carcajadas de todo los presentes en el plató. "El perro, abuela", explicaba Ana Rosa llevándose la mano a la boca en forma de altavoz y empezando a reír.
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Entonces, cuando Sonsoles tomaba conciencia de lo sucedido, comenzaba a reírse a carcajadas sin poder parar y sin lograr avanzar en los temas que iban a tratar en Ya es mediodía. A ambas le daba un ataque de risa descontrolado y Quintaba intentaba quitar hierro al asunto, aunque sin conseguirlo. "Ay, madre del amor hermoso los perros. Bueno Ana Rosa, hoy...", intentaba hablar Ónega mientras reía y se tapada con las tarjetas del programa. "Bueno espera, espera. Ahora volvemos. Ríete a gusto hija, que nos hace falta reírnos", contestaba su compañera también muy risueña. Además, desde la producción del equipo ponían el sonido de un ladrido, algo que hacía que las periodistas continuaran sin poder seguir.
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Minutos después, retomaban la conexión y finalmente todo transcurría como de costumbre, pero lo que más llamaba la atención de la situación es que, aunque parece que los dos platós son diferentes, lo cierto es que estaban en el mismo escenario a tan solo unos metros de distancia. Por tanto, Quintana y Ónega podían oírse no solo a través de las cámaras y de los pinganillos sino también allí mismo, en vivo y en directo, lo que les provocaba todavía muchas más carcajadas. "Ahora sí les dejo con Sonsoles y no le digo más tonterías ya", despedía Ana Rosa su programa para dar paso a Ya es Mediodía.