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Un nuevo revés judicial ha puesto en jaque la carrera de la cantante Britney Spears, de 38 años. La artista, que desde hace doce años está bajo la tutela de su padre, Jamie, demandó a su progenitor para recuperar su libertad, una lucha que mantiene desde hace años y que ha generado un intenso movimiento de apoyo entre sus fans denominado FreeBritney. El juez de la Corte Superior del Condado de Los Ángeles, sin embargo, se ha vuelto a manifestar en contra de la intérprete, ratificando el papel de Jamie Spears, que presentó documentos que detallan la gestión que ha hecho del patrimonio de su hija: estaba endeudada y con demandas por valor de miles de dólares que él ha saneado, por lo que ahora tiene un acumulado de más de 60 millones de dólares (casi 51 millones de euros).
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El disgusto de Britney Spears al no poder pasar apenas tiempo con sus hijos
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En esta amarga derrota hay no obstante lugar para la esperanza pues el magistrado no es contrario a destituir a Jamie en el futuro y además ha concedido a Britney su petición de designar a Bessemer Trust Co. como fiduciario corporativo para administrar su patrimonio. Hace pocas semanas, la hermana menor de la cantante, Jamie Lynn Spears, retiró su petición de ser ella fideicomisaria -fue elegida hace dos años-. Renunciaron también a esta responsabilidad el gerente comercial de Spears, Lou M. Taylor, y su compañía, Tri Star Sports & Entertainment, como informa ABC.
No quiere volver al escenario
El abogado de la cantante, Samuel D. Ingham III, declaró en la vista, según informan diversos medios (Associated Press, US Weekly, Peolple y TMZ, entre otros), que Spears tiene miedo a su padre y que no retomará su carrera hasta que quede libre de su control. “Mi cliente me ha informado que tiene miedo a su padre. No actuará mientras él esté a cargo de su carrera” dijo. A este respecto, la abogada que representa a Jamie, Vivian Lee Thoreen, puso en duda estas manifestaciones sobre la relación entre padre e hija.
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Desde el año 2018 no ha habido un concierto de Britney Spears en un estadio y, en enero de 2019, canceló también sus actuaciones en Las Vegas. Una pausa en su carrera que se prevé, a la luz de estas informaciones, más larga de lo esperado. Los problemas de Britney comenzaron en 2007 tras su separación de Kevin Federline y después de perder la custodia de sus hijos. Se derrumbó entonces, demostrando que atravesaba un momento de inestabilidad (no hay quien no recuerde aquellas imágenes con la cabeza rapada) que fue lo que provocó la decisión de ponerla bajo tutela. Ha seguido luchando por demostrar que puede retomar las riendas de su vida, pero de momento, sin el éxito esperado.