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Hace tres meses la vida de Ona Carbonell daba un giro radical al convertirse en madre por primera vez. Desde que conoció al pequeño Kai, su rutina gira en torno a su bebé, al que define como su persona favorita. La deportista organiza su agenda para seguir nadando y practicando otras disciplinas sin separarse de su hijo con el que ahora ha compartido una bonita instantánea hecha en la intimidad de su domicilio durante una de las tomas del niño. Tal y como ha revelado la que fue ganadora de la tercera edición de MasterChef Celebrity, ha apostado por la lactancia materna y reconoce que su experiencia no es fácil ni tampoco idílica y que le produce diferentes sensaciones, algunas positivas y otras más difíciles. Pero sí está convencida de que ha tomado la decisión correcta tanto para ella como para baby Kai, como se refiere a él cariñosamente.
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Para transmitir la montaña rusa de sentimientos que le produce la lactancia materna, Ona, que acaba de cumplir treinta años, ha tomado prestado un texto escrito por el Club de las malas madres -una comunidad emocional que nació, según su web, para desmitificar la maternidad y romper el mito de la madre perfecta-. "Lactancia materna, la que te remueve, te hace dudar y te enseña más de lo que nunca pudiste imaginar. La que sueñas con terminar y al rato con alargar mucho más.
La que te da paz y te hace sentir poderosa. La que te quita el sueño y multiplica tus ojeras. La que te hace cosquillas cuando sonríe mientras mamá. [...] La que disfrutas por ti y por él, sin importarte lo demás ni los demás, sin juzgarte o culpabilizarte.
La que acabará cuando tenga que acabar y ahora mismo no lo sabes porque estáis bien así́", pone en el relato que ha hecho suyo la nadadora olímpica.
Su gran triunfo, la familia
Ona Carbonell es una de las deportistas más destacadas de nuestro país y posee un palmarés brillante que incluye dos medallas olímpicas de plata y bronce y 23 podios en campeonatos del mundo. Además, podría aumentarlo si acude a los próximos Juegos Olímpicos, que han sido pospuestos. Sin dejar de lado esos importantes triunfos, el gran premio para la nadadora sincronizada es el pequeño Kai, con el que ha empezado a escribir un nuevo capítulo de su vida en el que está disfrutando mucho. "La familia siempre ha sido un pilar para mí, pero qué bonito es poder vivirla ahora desde la perspectiva de madre", decía pocas semanas después de dar este importante paso con Pablo Ibáñez, gimnasta de la Selección Española. Ambos mantienen una discreta relación que comenzó en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallés (Barcelona).
A pesar de que no deja de lado los entrenamientos y apuesta por una dieta saludable que le encanta preparar ella misma, lo cierto es que la prioridad de Ona es estar volcada en estos primeros meses de maternidad antes de volver a su ajetreada rutina, de la que forman parte más actividades además del deporte. La catalana es disciplinada, constante y también muy polifacética. Cabe recordar que tiene su propia colección de libros infantiles, Elena Sirena, que narran la historia de una sirena que quiere ser nadadora sincronizada. Un relato con tintes autobiográficos con el que pretende inculcar ciertos valores en los más pequeños. También tiene su propia colección de bañadores y ha abierto un restaurante.