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Sara Carbonero e Iker Casillas se conocen Madrid como la palma de su mano, pero seguro que a sus hijos no les viene nada mal un repaso al callejero para situarse -Martín nació en España, pero apenas era un bebé cuando se fueron a Oporto y Lucas llegó al mundo en Portugal-. Para su tranquilidad sus padres no les han puesto a estudiar los mapas, sino que han pasado una tarde haciendo operaciones inmobiliarias por el centro de Madrid. Eso sí, siempre sobre el tablero de uno de los juegos de mesa más populares: el Monopoly. No sabemos si los pequeños han aprendido algo, pero lo que es seguro es que a Sara le ha traído muchos recuerdos. Si las calles de la ciudad hablarán....
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Sara Carbonero recupera a su pandilla tras volver a Madrid
La periodista ha compartido una imagen del tablero sobre el suelo en plena partida con el suelo lleno de los característicos billetes del juego y un snack para hacer más llevadera la constante compra-venta de inmuebles. De repente una de las calles que ha adquirido, la traslada al pasado, a uno de los clubes donde solía bailar hasta el amanecer o hasta que el cuerpo aguante. "Cuántas noches en el Contraclub", escribía junto a la tarjeta de la calle Bailén con nostalgia. Además del paso de los años que, probablemente, habrá hecho mella en la frecuencia de las salidas nocturnas, en estos momentos la situación sanitaria tampoco permite disfrutar de este tipo de ocio, por lo que en muchos momento es inevitable que la añoranza se abra paso.
Nueva etapa
A pesar de esta obligada contención de la vida social, Sara tiene la suerte de pasárselo en grande con sus planes familiares en casa. Sus hijos, Martín y Lucas, son los mejores compañeros de juegos, y con ellos disfruta de tardes de lo más entretenidas. Recientemente, les veíamos en una tierna imagen que su madre no se resistió a compartir en la que derrochan cariño el uno con el otro y hace unos días también construyeron juntos un impresionante cohete para ver las estrellas que se proyectaban en el techo de su salón mientras veían una película.
La familia ha comenzado a escribir un nuevo capítulo de su vida en Madrid con mucha ilusión, dando por cerrada su etapa en Portugal. Se instalaron en Madrid a principios de septiembre tras más de cinco años viviendo en Oporto. La retirada del portero fue uno de los detonantes que hizo que la familia hiciera las maletas, pero lo cierto es que la decisión la tomaron entre todos, tal y como contó la periodista en la presentación de su nueva colección de moda. "Me apetecía. Bueno, nos apetecía porque al final ha sido una decisión familiar", puntualizó. Desde entonces, Sara está centrada en los nuevos proyectos con su empresa e Iker ha sido nombrado a su llegada embajador de turismo responsable por la Organización Mundial de Turismo. No obstante, no quita la mirada del mundo del futbol y recientemente ha dejado caer que su futuro podría pasar por la formación de chicos jóvenes.