Tal vez el nombre de India Oxenberg no resulta demasiado familiar, pero está ligado a una casa real europea y a los anales de Hollywood. Es la hija de Catherine Oxenberg, actriz de Dinastía, y nieta de Isabel de Yugoslavia, pero su protagonismo ahora no viene ligado a sus apellidos, sino a su testimonio en la miniserie documental Seduced: Inside the Nxivm Cult. La joven, que ahora tiene 29 años, cuenta cómo fue 'seducida' para ingresar en un culto llamado Nxivm, que ha resultado ser una peligrosa secta liderada por Keith Ranieri, que este mismo martes ha sido condenado a cadena perpetua. La encargada de reclutarla en 2011 fue la actriz , Allison Mack, una de las protagonistas de Smallville.
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El drama de Christina Oxenberg, la hija de Isabel de Yugoslavia que colabora en el caso Epstein
Por aquel entonces, India trataba de encontrar su propósito vital y el programa de la organización, en teoría encaminado para mejorar la vida de la gente, parecía la respuesta a sus problemas. Por eso, acudió a una charla con su madre, a la que no le convenció nada el asunto, según ella misma contó. Sin embargo a sus 19 años, su hija era mucho más vulnerable y Mack aprovechó ese factor para conectar con ella.
"Tengo algo que podría ser genial para tí, creo que realmente podría ayudarte", estas fueron las palabras que la nieta de la princesa yugoslava recuerda haber oido a la actriz. "Sonaba como si de verdad tuviese la respuesta, como si tuviese lo que yo necesitaba", relataba. Sin embargo, antes de darle lo que tanto ansiaba, le pidió que le contase alguna información sobre ella misma que pudiera perjudicarle como prueba de que sería capaz de guardar secretos. Así, Oxenberg le entregó una carta con las intimidades más escabrosas sobre su familia para poder ser aceptada en un grupo de mujeres que supuestamente funcionaba al margen del lider de la secta, Keith Ranieri.
El grupo se regía por una dinámica de esclavo-maestro en la que Allison era la maestra e India debía pedirle permiso para hacer cualquier cosa. También le encomendaba todo tipo de tareas. "Estaba especialmente interesada en las cosas que me hacían sentir incómoda como las sexuales o íntimas", contaba. Poco a poco, la relación entre ellas se volvió más extrema, exigiéndole hacer una dieta estricta y obligándola a perder todo contacto con su familia y su novio. El objetivo último era convertirse en esclava del líder.
Allison era la mano derecha de Ranieri, que se enfrenta ahora a una pena de cadena perpetua por tráfico sexual, posesión de pornografía infantil y extorsión. La actriz siguió un camino similar y el año pasado se declaró culpable de los delitos de conspiración, que incluída extorsión y trabajos forzados y está a la espera de la sentencia. Se trata de la misma organización, que opera en Albany (Nueva York), por la que fue condenada a prisión a principios de este mes Clare Bronfman, heredera del imperio Seagram's, que también pertenecía a la cúpula.
La odisea de Catherine Oxenberg
Mientras India vivía su particular infierno, su madre inició toda una odisea para rescatarla que relató en su libro Cautiva: la cruzada de una madre para rescatar a su hija de una terrorífica secta. Una vez que fue consciente de los abusos que podía estar sufriendo su hija, se dispuso a recabar pruebas con la ayuda de un antiguo miembro de la organización. Los esfuerzos no fueron en vano y en marzo de 2019 la información proporcionada por Catherine sirvió para desmantelar la secta después de detener en México a su líder y deportarlo a Estados Unidos. Comenzaba el final de la pesadilla para la familia Oxenberg, aunque aún quedaba la parte más dura ya que su hija, que comenzó a trabajar como camerera en un restaurante vegano de Nueva York, permanecía leal a Ranieri y no se hablaba con su madre. En este punto jugó un papel muy importante su abuela Isabel de Yugoslavia, con la que sí mantenía contacto. La aristócrata no dudó entonces en viajar de Serbia a Estados Unidos para interceder y lograr que su nieta volviese a ser la que era.
Afortunadamente, esta historia ha tenido un final feliz e India regresó a Malibú con su familia, pero en este proceso hubo otra persona clave además de su madre y su abuela. Se trata del Patrick d'Ignazio, chef del restaurante en el que trabajaba, con el que inició una relación sentimental y que consiguió que abandonara definitivamente la secta. India no olvida a todos aquellos que han estado a su lado y a los que han sufrido lo mismo que ella, a ellos les ha dedicado unas emotivas palabras antes de la emisión del documental. "Quiero agradecer a todas las personas que abandonaron antes que yo y que vieron el mal que se estaba haciendo y, por supuesto, a aquellos que eligieron luchar con valentía para acabar con ello", escribió después de describir a su madre como una persona "valiente y extraordinaria", cuya contribución fue vital para asestarle el golpe definitivo a la secta. Ahora, con su testimonio, es India la que espera poder "ayudar a otros a evitar a la gente abusiva y los grupos como este".