Sus apariciones crean una gran expectación, pero en esta ocasión, Melania Trump ha sido analizada con lupa. La primera dama estuvo con su marido en el segundo debate de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que enfrentó a los dos candidatos: el presidente Donald Trump, por el partido republicano, y a Joe Baiden, por el demócrata. Un cara a cara que fue menos bronco que el primero, que tuvo lugar el pasado 29 de septiembre, y que estuvo cargado de descalificativos. Pero además, este debate supuso volver a ver a la primera dama tras pasar la cuarentena. El matrimonio Trump y su hijo Barron dieron positivo por COVID-19 a principios de octubre y desde entonces no se había visto a Melania en público. Tras el acto, hubo un gesto del matrimonio presidencial del que todo el mundo habla y que algunos han interpretado como un nuevo desplante de ella hacía su marido.
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A diferencia de Jill Baiden, esposa del candidato demócrata, que se decantó por un alegre vestido con estampado floral, Melania eligió la sobriedad del negro con un diseño sin mangas, escote en pico y con falda de vuelo, que completó con una cinturón fino que marcaba su silueta. Como calzado, unos altísimos zapatos de salón negros, que se han convertido en una de sus señas de identidad, una mascarilla al tono y su melena peinada con volumen. A juzgar por las imágenes, el aspecto de la primera dama es tan saludable como antes de haberse contagiado y aparentemente no hay signos que indican que haya estado enferma del mortífero virus.
Lo que sí que parece que sigue persiguiendo al matrimonio Trump, casi cuatro años después de la Casa Blanca, son sus gestos en público. Tras el debate televisivo, Melania, al igual que Jill subió al estrado para reencontrarse con su marido. Juntos estuvieron de la mano, pero a la hora de abandonar el escenario se produjo un gesto que algunos han interpretado como un nuevo desaire de la primera dama a su marido. Melania, que es la primera en descender del set, parece que tira de la mano de Trump para soltarle. Después, abandonan el lugar. Un movimiento que ya se ha convertido en viral y que pondría, de nuevo, sobre la mesa la comentada relación de la pareja. Horas más tarde, los Trump regresaban de Nashville (Tennessee), donde había tenido lugar la cita preelectoral, en helicóptero y bajaron de la aeronave juntos. Esta vez, con sus manos fuertemente entrelazadas. Dado que ya era de noche, Melania llevó un abrigo de paño negro sobre los hombros para protegerse del frío, pues ya era de noche y a su llegada no hubo ningún gesto que diera lugar a comentarios.
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No es la primera vez que este tipo de movimientos de los actuales inquilinos de la Casa Blanca provoca habladurías. De hecho, la bajada del avión o helicóptero presidencial ya se ha convertido en el escenario de alguno de estos desplantes. El pasado agosto, Melania rechazó la mano del Presidente cuando intentaba ayudarla a descender el avión. La eslovena le retira la mano en varios ocasiones prefiriendo sujetar su bolso y evitar los efectos del viento sobre su vestido de vuelo. En febrero de 2018 rechazó la mano de su marido mientras caminaban hacia el helicóptero y en 2017 ocurrió algo parecido al bajar, de nuevo, del avión. También en viajes internacionales, Melania Trump se ha zafado de entrelazar las manos, pese a los intentos de su marido. Por su parte, el padre de Ivanka Trump también ha sido tildado de poco caballeroso en alguna ocasión. Una de las más sonadas fue cuando el mismo día de la toma de posesión como presidente de Estados Unidos, Donald no abrió la puerta del coche ni esperó a Melania para ser recibidos juntos por el matrimonio saliente, los Obama.
El presidente norteamericano dio a conocer el pasado 2 de octubre que tanto él como su mujer habían dado positivo en coronavirus después de que una de sus más estrechas colaboradoras, la directora de comunicación, Hope Hicks, también hubiera contraído la enfermedad. El mandatorio estuvo ingresado en el hospital, que abandonó solo cuatro días después de haber dado positivo por voluntad propia. Melania, por su parte, guardó cuarentena en casa y pese a encontrarse “bien” canceló sus compromisos públicos siendo el debate de este martes su primera aparición desde entonces. Dos semanas después se anunció que Barron, el hijo de 14 años que tiene en común el matrimonio, también había tenido el virus, que a pesar de no haber tenido síntomas dio positivo en las pruebas.