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Han pasado más de tres meses desde que, a principios de julio, trascendiera la noticia de la separación de Enrique Ponce y Paloma Cuevas. Ambos tomaron entonces diferentes caminos y se esperaba que el divorcio fuera mucho más inmediato, pero a día de hoy no está formalizado y no se sabe qué es lo que está dilatando esta cuestión.
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- En ¡HOLA!, el divorcio de Paloma Cuevas y Enrique Ponce será de mutuo acuerdo
El divorcio abriría una nueva etapa en la vida de Enrique y Paloma. Ella podría poner en marcha sus planes de viajar al extranjero y él podría dar un paso más en su relación con Ana Soria. El torero y la joven viven juntos desde este otoño en Almería, donde han alquilado un piso, ubicado en unas de las zonas más modernas de la ciudad, de nueva construcción y con vistas al mar. Además, Enrique y Ana podrían estar pensando en boda, pero el enlace, obviamente, tendría que ser civil. Cabe recordar que Ponce y Paloma se dieron el 'sí, quiero' el 25 de octubre de 1996 en la catedral de Valencia y la ceremonia, a la que asistieron numerosos invitados, fue oficiada por el entonces arzobispo de la capital levantina, Agustín García Gaseo, y el sacerdote Manuel Rodríguez.
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Se suponía que Enrique y Paloma habían llegado a un acuerdo en la parte fundamental, es decir, los bienes a repartir y la custodia de las niñas, sin embargo la firma del divorcio se está retrasando. El torero y Paloma poseen varias propiedades, pero las principales son tres: la finca de Cetrina, ubicada en Navas de San Juan, Jaén; el piso de Pintor de Rosales, en Madrid; y la casa con parcela de la exclusiva urbanización de La Finca, en Pozuelo de Alarcón.
Con respecto a sus hijas, Paloma y Bianca, tampoco habría desencuentro. Las pequeñas se quedarían al cuidado de su madre para mantener la rutina que necesitan, ya que Enrique, por su actividad profesional, viaja mucho. El torero, por supuesto, las vería siempre que quisiera porque el bienestar de las pequeñas está por encima de todo.
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