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Nuevo varapalo para la familia Falcó en este año nefasto en el que ya han tenido que decir adiós a tres seres queridos. Siete meses después de la muerte del marqués de Griñón, ha fallecido su hermano menor, Fernando Falcó, a los 81 años de edad, después de varios días ingresado de gravedad en el hospital. Era tío de Tamara Falcó, que ha heredado el marquesado de su padre, y también de Xandra, que hace apenas dos meses ha despedido a su marido, Jaime Hoyos de Carvajal, de 56 años.
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Su relación con el rey Juan Carlos, las dos mujeres de su vida… La historia de Fernando Falcó
La última vez que le vimos fue precisamente apoyando a su sobrina tras el repentino fallecimiento de su esposo. Ambos acudieron a principios de este mes a comer juntos a un restaurante de Madrid, donde el marqués de Cubas, que presentaba buen aspecto, atendió amablemente a los periodistas que le preguntaban por los tristes acontecimientos que acababan de vivir, aunque declinó hacer ninguna declaración.
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Fernando también mantenía una gran relación con Tamara Falcó, que no se perdió, hace ya más de un año, la fiesta flamenca que organizó su tío con motivo de su 80 cumpleaños. Allí, se encontraba también su hijo Álvaro, fruto de su matrimonio con Marta Chávarri, y que también está muy unido a la nueva marquesa de Griñón. Además, el joven publicista es pareja de Isabelle Junot, hija del ex de Carolina de Mónaco, Philippe Junot.
Así era el discreto marqués de Cubas
Fernando Falcó era hijo de Manuel Falcó y Escandón, duque de Montellano, y Hilda Fernández de Córdova y Mariátegui, marquesa de Mirabel. Por su lado materno heredó el marquesado de Cubas, que ahora pasará a manos de su único hijo. El origen de este ilustre título lo explicaba su hermano Carlos en su libro La buena vida, el prestigioso viticultor: “En 1862, con la abolición del régimen señorial iniciado en las Cortes de Cádiz, desaparecían con muchos otros los señoríos medievales de Griñón y Cubas, pueblos cercanos a la autovía que hoy une Madrid con Toledo, adquiridos por el marqués de Malpica y señor de Valdepusa en el siglo XIV. La reina Isabel II quiso crear sendos marquesados —lo que implicaba una elevación de categoría respecto a los antiguos señoríos, pero sin sus privilegios feudales— para otorgarlos a dos hermanas, María Cristina y María Blanca Fernández de Córdoba. La primera recibió el de Griñón, la segunda, el de Cubas, que hoy lleva mi hermano Fernando”.
El marqués de Cubas era abogado y en los últimos años ha llevado una vida muy discreta. Eran contadas las ocasiones en las que le veíamos en público, como en los toros, a los que era muy aficionado o en la boda de los duques de Huéscar en el Palacio de Liria hace dos años. Era amigo de la infancia del rey Juan Carlos, ya que estudió con él en Las Jarillas. "El Rey no ha cambiado mucho desde su infancia, era y es extraordinario, simpático y muy cercano. De niños teníamos una relación de igual a igual, aunque él siempre fue el Príncipe", contó a ¡HOLA! en 2013, antes de la abdicación.
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Aunque en la actualidad no era tan conocido como su hermano Carlos, Fernando comenzó a copar titulares tras su enlace con Marta Chávarri, bisnieta del conde de Romanones, en 1982. Su matrimonio duró siete años y de él nació su único hijo en común Álvaro Falcó. Tras su divorcio, Fernando encontró de nuevo el amor al lado de la empresaria y aristócrata Esther Koplowitz. Aunque se divorciaron en 2009, entre ellos siempre ha habido un gran cariño y cercanía y han estado pendientes el uno del otro hasta el último momento. Desde entonces, vivía dedicado a la gestión de la gran finca extremeña Valero, una de las mejores reservas de caza de ciervo que adquirió en 1990 tras la muerte de su hermana Rocío. Sus casi 5.000 hectáreas eran un modelo de gestión medioambiental y en ellas habían disfrutado de su pasión por la caza don Juan Carlos y su hija la infanta Elena, entre otros. A pesar de todas las satisfacciones que le había dado la mítica finca, el año pasado decidió venderla poniendo fin a casi dos décadas de entrega a este rincón del parque natural de Monfragüe.
Otra de sus grandes pasiones era la defensa de los automovilistas. Fue presidente del Real Automóvil Club de España (RACE) durante 26 años y en 2012 fue nombrado presidente de la Fundación RACE con la intención de dotarla de más actividades para potenciar la movilidad sostenible. Asimismo desempeñó varios puestos entre los que destacaban el de vicepresidente de Sogecable, consejero de Vivendi Universal y de FCC Construcción, además de asesor de Citroën y miembro del consejo regional de Asepeyo.