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Tom Brusse y Melyssa Pinto decidieron poner a prueba su relación en La isla de las tentaciones 2 y, desde el primer momento, han acaparado buena parte de la atención de los seguidores del reality de Mediaset. Los jóvenes, que se conocieron en Mujeres y Hombres y Viceversa, comenzaron su noviazgo hace ocho meses. Sin embargo, lejos de tratar de reforzar su relación, el empresario marroquí ha optado por seguir conociendo a Sandra Pica, una de las solteras de Villa Montaña, donde el concursante más polémico del programa habla habitualmente de su fortuna y extenso currículum. No obstante, el también influencer podría no estar contando toda la verdad a compañeros y 'tentadoras' de República Dominicana.
© MediasetEl programa Socialité se ha adentrado en la vida presuntamente espectacular de Tom Brusse. El joven, que nació en Marrakech en el seno de una familia acomodada, ha presumido de sus diferentes logros profesionales, así como de su completa formación académica. Ha llegado a decir que le llaman 'el príncipe de Marruecos', y asegura en uno de sus perfiles digitales haber estudiado Gestión Hotelera en Les Roches International School, en Marbella, en tan solo dos años, de 2012-2014. No obstante, para realizar íntegramente el curso y obtener dicha titulación se necesitan completar cinco años. Esto mismo ocurre con otra de sus titulaciones, en Hospitality Administration/Management. Para este excepcional curso también se necesitan estudios de cinco años, pero el marroquí de origen francés señala que realizó en tan solo dos, desde 2012 a 2014 también.
© MediasetSin embargo, la formación académica no es lo único punto de la vida del empresario que ha hecho levantar sospechas. En enero de 2017, el marroquí dio el gran salto y abrió un restaurante en Hong Kong, pero, desde hace dos años, el local se encuentra cerrado. Eso sí, Tom puede presumir de que una de las discotecas que regenta en la ciudad china sí que está en funcionamiento.
Además de la hostelería, una de las pasiones de Tom Brusse parecen ser los realitys shows. Tanto es así que, antes de probar suerte en los programas españoles, el empresario ya intentó darse a conocer públicamente en Francia. Fue en busca del amor en un espacio llamado Los príncipes y las princesas del amor, pero, a diferencia de sus logros profesionales, nunca ha mencionado esta aventura televisiva.
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