Veinticuatro horas después de hacer historia en el mundo del tenis, Rafa Nadal ha regresado a casa. Convertido en el jugador que más veces ha ganado Roland Garros y con 20 Gran Slams ya en su palmarés, ha aterrizado en su Mallorca natal para descansar después de diez días de intensa competición y celebrar esta nueva hazaña con todos esos allegados que le apoyan incondicionalmente aunque sea en la distancia. Precisamente algunos de ellos le han animado con efusividad desde las gradas de París, se han emocionado con su triunfo y le han acompañado también en el viaje de vuelta a su domicilio. El deportista, con vaqueros y polo azul, ha llegado a la isla balear en la que tiene fijada su residencia junto a sus talismanes: sus padres, Sebastián Nadal y Ana María Parera, su hermana Maribel y su mujer, Mery Perelló, con la que en una semana celebrará su primer aniversario de boda.
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Junto a Nadal, que esta misma mañana posaba con la Copa de Mosqueteros con la Torre Eiffel como telón de fondo, y su familia también han llegado otros familiares y Carlos Moyá, su entrenador. Precisamente la mujer de este último, Carolina Cerezuela, y sus niños han sido quienes los han recibido con entusiasmo. La artista y los pequeños estaban esperando apoyados en el coche y cuando han visto llegar a papá han corrido para fundirse en un abrazo con él. Además, han podido felicitar personalmente a Nadal, que ha sido muy cariñoso con Carla, Daniela y Carlitos, quien ya apunta maneras en el mundo del tenis. Antes de despedirse, Rafa ha firmado una camiseta azul a Moyá, quién sabe si para tener en casa un recuerdo de este inolvidable torneo.
Mallorca es un lugar muy importante para Nadal. Allí nació, creció y entrenó durante muchas horas para llegar a ser uno de los mejores tenistas de todos los tiempos. Esta ciudad insular, en la que viven la mayor parte de sus familiares y amigos, fue testigo de sus primeros movimientos de raqueta y a la vez solo estando allí consigue dejar de lado al Rafa deportista para ser simplemente el Rafa persona. "Para mí, regresar a Mallorca significa volver a una vida normal. La vida normal me hace feliz. No soy solo Rafa Nadal, el tenista. Me convierto en Rafa Nadal el ser humano, otra vez", explicaba al periodista deportivo Jon Wertheim durante una charla que mantuvieron ante las cámaras del canal de televisión estadounidense CBS. En esta conversación también compartió cómo es la casa en la que vive con su mujer (ubicada en la localidad de Porto Cristo) y explicó que el amor por su tierra y sus raíces hizo que decidiera poner en marcha allí su academia.
Una celebración austera
Anoche, después del encuentro contra Novak Djokovic, Nadal explicó que, a pesar de estar muy contento con esta victoria, en esta ocasión, acorde a la complicada etapa que vive el mundo a causa de la pandemia, no haría una gran celebración. Ante los micrófonos de Tiempo de juego señalaba que tenía pensado salir a cenar con sus íntimos: “No voy a hacer nada, no va a haber fiesta porque no son épocas para hacerla, me iré con mi familia”. Se desconoce el lugar que el tenista eligió para brindar con sus allegados en la capital francesa, pero normalmente suele hacerlo en el restaurante Café de la Paix, donde degustan las propuestas del chef Laurent André, quien en otras ocasiones le ha sorprendido con una tarta personalizada con velas y pelotas de tenis.
La historia de amor de Rafa Nadal y Mery Perelló