Dos días después de convertirse en padres por segunda vez, María Castro y José Manuel Villalba han dejado el hospital para poner rumbo a casa y comenzar así una nueva etapa que promete llegar cargada de momentos felices. Muy animados y sin poder ocultar la emoción, la pareja ha posado sonriente a las puertas de la madrileña clínica Santa Elena con la pequeña Olivia en brazos y resguardada de las temperaturas otoñales con una mantita rosa. La actriz, visiblemente recuperada con un vestido largo con print floral, y su marido han dado las gracias por las felicitaciones a los medios de comunicación que esperaban su salida, han contado que todo ha salido muy bien y han reconocido que, aunque la niña es pequeña, les recuerda mucho a su hija mayor cuando nació y se parece al papá. A pesar de que durante el embarazo la intérprete de títulos como Seis hermanas, Amar es para siempre o Sin tetas no hay paraíso reconoció sentir incertidumbre por la crisis sanitaria que atravesamos, ver la carita de su bebé y comprobar lo sana que está ha hecho que todos los miedos se esfumen.
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María y José Manuel están deseando poder descansar en casa y recibir la visita de familiares y amigos que no han podido acudir al hospital a causa de las restricciones marcadas por la pandemia. Pero, sin duda, lo que más ilusión les hace es ser testigos del momento en el que sus hijas se ven por primera vez. También les gusta pensar en esta inminente etapa en la que empezarán a conocerse y se acostumbrarán poco a poco la una a la otra. A lo largo de estos meses, Maia, de cuatro años, ha participado en todos los preparativos para la llegada de su hermanita, ha ensayado con sus muñecos para poder cuidarla e incluso ha elegido ella su nombre. Tras una etapa inicial en la que se empeñó divertida en que la bebé tenía que llamarse Moma -la versión femenina del nombre de su perrito, Momo-, finalmente se decantó por Olivia y a sus padres no les puede gustar más. No en vano, se trata de un nombre lleno de significado: proviene del olivo, casa a la perfección con su apellido, su santo coincide con el cumple de su papá y la actriz es de Vigo, ciudad Olívica por excelencia.
La fortaleza y el optimismo de María
Horas antes de abandonar el hospital en el que entró el jueves, María ha compartido una imagen que su marido le hizo pocos minutos antes del nacimiento de su niña, que llegó al mundo mediante cesárea. "Esta es la última foto en la que monitorizada y con contracciones, guardaba aún la esperanza, de parir por vía vaginal. Me apetecía vivir ese otro tipo de parto e irme a casa sin una operación mayor en el cuerpo, pero no pudo ser", ha comenzado a decir. Además, la exconcursante de MasterChef Celebrity ha contado que no tuvo otra opción porque no conocían el estado de la cicatriz de su anterior cesárea y había riesgo de desgarro "¿Me disguste? Si! Pero solo cinco minutos. Mi optimismo, el apoyo total de mi marido, la nueva bebé que esperaba pacientemente y la propia vida nos hizo relativizar y decidir", ha relatado. La actriz, que se define como gallega y dura por naturaleza, afronta el proceso de recuperación con una sonrisa, con la felicidad de que todo haya salido bien y con una familia maravillosa en la que apoyarse.