En 2019, el mundo dio un giro para Shannen Doherty por segunda vez. Tras haber superado un duro cáncer de mama entre 2015 y 2017, la enfermedad había vuelto y se había extendido por su cuerpo, convirtiéndose en estadio IV. Lo mantuvo en secreto durante muchos meses y no fue hasta el pasado mes de abril, es decir hasta un año después, cuando tomó la decisión de compartilo con sus seguidores. Tras su adolescencia y juventud llena de polémicas, los enfados y enfrentamientos con sus compañeros o su paso por los peores ambientes de Hollywood, la actriz de Embrujadas había conseguido rehabilitar su imagen y encontrar un nuevo apoyo en sus seguidores... en definitiva, empezaba un capítulo que de repente estaba en riesgo otra vez.
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Sin embargo, pese a que el diagnóstico sonaba complicado desde el principio, Shannen quiso enfocarlo desde un punto de vista positivo. Realista, pero positivo. En una entrevista con la versión estadounidense de Elle, la actriz ha compartido cómo le dio la noticia de su recaída a sus amigos y familiares más cercanos, en una cena a la que asistió su médico para responder a todas las preguntas. ¿Se moriría de este cáncer? Quizás, pero no sería ahora, comenta, dejando claro que el tratamiento en esta ocasión sería diferente.
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No quiere ser vista como la paciente de cáncer con bata de hospital, sino como la que no puede parar de trabajar ni un momento. Sin embargo, sabe que el tiempo que tiene está contado: "No me he sentado a escribir cartas, pero tengo que hacerlo. Hay cosas que tengo que decirle a mi madre y quiero que mi marido sepa lo que ha significado para mí", confiesa con emoción en la entrevista. Admite que no es algo que quiera hacer porque parece muy definitivo, el punto final a su historia, al igual que grabar vídeos para despedirse.
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"Parece que estás rindiéndote y yo no lo hago. Me siento muy, muy sana. Es difícil cerrar todos tus asuntos cuando sientes que vas a vivir 10 o 15 años más", explica. Así que en vez de concluir cosas sigue con nuevos proyectos, una nueva serie de televisión, por ejemplo. Pero también maneras de hacer que su fama sirva para ayudar a otros pacientes con cáncer metastático. "Es como que todo el mundo que tiene estadio IV se enfrenta a lo mismo, te quieren retirar pero yo no estoy lista. Tengo mucho que ofrecer", añade.
La cena en la que dio la mala noticia a sus amigos y seres queridos, a su "equipo", tuvo que ser en una casa de alquiler en California puesto que su hogar ardió en los fuegos que arrasaron Los Ángeles a finales de 2018. Pero estas dos tragedias no eran las únicas que tendrían lugar en estos meses, puesto que solo unas semanas más tarde fallecía a causa de un ictus Luke Perry. En el funeral tuvo la oportunidad de hablar con su compañero, Brian Austin Green sobre su enfermedad y él la animó a que se uniera al remake de Sensación de Vivir, el titulado BH90210 que mostraba una versión exacerbada de sus propias personalidades. Una oportunidad para hacer las paces con el mundo con el que se había enfrentado durante tantos años, y sale contenta de la experiencia, pensando que su karma está en el lado positivo de las cosas.
Ahora lleva meses encerrada en casa, puesto que es un paciente de riesgo en plena pandemia. Han podido volver a su hogar, el que ardió, y lo están recuperando poco a poco. Incluso su huerto, donde crecen tomates, lechugas, pimientos, brocoli, fresas... fue un proyecto en pareja porque, mientras ella se encargaba de la jardinería, su marido estaba preparando la estructura de madera para mantener a salvo todas las hortalizas. Una muestra más de que hay Shannen para rato, ya sea desde su hogar o delante de la cámara.