La primera hoguera de la segunda edición de La isla de las tentaciones ya ha tenido consecuencias. Melyssa Pinto es la que ha salido peor parada de esta prueba de fuego, en la que ha podido ver con sus propios ojos cómo su novio desde hace ocho meses, Tom Brusse, se acercaba a algunas de las 'tentadoras'. La influencer, que hizo amago de abandonar la hoguera tras ver las primeras imágenes, volvió a reunirse con Sandra Barneda y el resto de compañeras para continuar viendo los movimientos de su novio, empresario de origen francés, en Villa Montaña. En esta segunda tanda de imágenes, podía verse la complicidad que une a Tom con otra de las solteras, Sandra. "Para mí la relación se ha terminado porque si yo ya era celosa antes, ahora lo voy a ser más todavía. Es que no quiero perderle, Sandra, pero no puedo perdonarle estas cosas", decía totalmente desconsolada a la presentadora.
Al terminar la primera (y complicada) hoguera, la extronista de MyHyV y el resto de chicas se despidieron de la presentadora y regresaron a Villa Playa, donde los solteros las esperaban ansiosos. Sin embargo, la noche no había hecho más que comenzar. Los 'tentadores', totalmente intrigados por saber qué había ocurrido, trataron de calmar a las chicas, que se encontraban un poco alteradas por las imágenes mostradas por la sustituta de Mónica Naranjo.
A diferencia del resto de concursantes, Melyssa optó por la soledad y se refugió en su cuarto mientras el resto trataba de olvidar los momentos desagradables vividos en la primera hoguera hablando y disfrutando con los solteros. La influencer estaba muy dolida por la actitud de su chico y, contra todo pronóstico, abandonó en secreto Villa Playa para presentarse en Villa Montaña y encararse con su todavía novio.
Al grito de "¡Tom Brusse!", la joven entró en la villa de los chicos. "¡Eres un desgraciado! He visto todo, que lo sepas. Nunca más me vas a ver en tu vida. Eres un desgraciado. He visto cómo te lamían el cuello. He visto cómo te tirabas encima de Sandra. Y me da igual porque eres un desgraciado", decía Melyssa fuera de sí.
Tom, completamente descolocado al ver a su chica en Villa Montaña, trató de justificar su actitud diciendo que "era un juego", mientras Lester intentaba sin éxito hacer de mediador. "¡Que no es un juego! Yo no he hecho nada. Los chicos incluso me han dicho que no se podían acercar porque yo no les he dejado. Es un juego porque a ti te da la gana", respondía la extronista, muy enfadada. Melyssa acudió a La isla de las tentaciones para poner a prueba la solidez de su relación y tratar de ser menos desconfiada, pero Tom no se lo está poniendo nada fácil.