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Por séptima vez en su carrera, y segunda desde el final de Friends, Jennifer Aniston estuvo nominada a un premio Emmy este año. Fue por su interpretación en la serie de Apple Tv+ The Morning Show, donde da vida a la presentadora de un programa de televisión matinal que se enfrenta a un escándalo, y que ha supuesto su vuelta a la televisión en un papel protagonista desde que terminara la conocida ficción por la que saltó a la fama. Su éxito es innegable y puede presumir -a sus 51 años- de ser de las pocas actrices de su generación que sigue trabajando en papeles principales de grandes producciones, sobre todo teniendo en cuenta la maldición de Hollywood en lo que respecta a la edad. Sin embargo, para la exmujer de Brad Pitt, hubo un momento en el que su carrera había terminado y consideró el abandonarlo todo.
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Durante una entrevista con el podcast SmartLess, que presentan sus compañeros Jason Bateman, Sean Hayes y Will Arnett, Jennifer desveló que un "proyecto sin preparar" le hizo preguntarse si había escogido la profesión correcta. "Tengo que admitir que en los últimos dos años esa idea ha vagado por mi mente, y nunca me había pasado antes", contó, explicando que todo esto ocurrió antes de The Morning Show, cuyo reparto encabeza junto a Reese Witherspoon y Steve Carrell y por la que se ha llevado también una nominación al Globo de Oro y un premio SAG. "Me sentía como si me hubiera absorbido la vida, y me planteé si era eso lo que me interesaba", comentó. Ante la pregunta de a qué se dedicaría entonces, contestó que se lanzaría al diseño de interiores. "Me encanta, me lo paso muy bien", añadió.
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Entonces, los creadores del espacio le preguntaron cuál había sido el papel que más le había gustado de su carrera y Jennifer admitió que era el que interpretó en Friends: "Sin duda, tendría que decir que ese es el número uno". Después situó en segundo lugar la comedia de 2011, Sígueme el rollo, con Adam Sandler como corprotagonista: "Siempre me encanta rodar con él, fue divertidísimo y nosotros nos conocemos desde que teníamos 19 años". Y también recordó Cake, un drama de 2014 que le consiguió nominaciones a los SAG y Globo de Oro: "Fue una experiencia enriquecedora a nivel creativo. Todo lo que pensé que se me iba a dar mal como actriz y que me daba miedo... no lo hice tan mal".
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Para intentar acotar qué proyecto fue el que dejó a Jennifer con tan mal cuerpo, hay que mencionar que entre 2019 y 2017 estuvo en solo tres, uno al año: Criminales en el mar, Dumplin' y The Yellow Birds, por lo que podría ser cualquiera de estos tres. Previamente en 2016 tuvo un año de lo más prolífico con Fiesta de empresa, Cigüeñas y Feliz día de la madre.
The Morning Show fue empezar un nuevo capítulo
En una entrevista del mes de agosto con Los Angeles Times, la actriz habló también de la importancia que tuvo The Morning Show para ella. "Fueron 20 años de terapia en solo 10 episodios. Había veces en las que leía una escena y sentía como si me hubieran quitado de encima un gran peso", explicó. "Siempre he intentado normalizar el estar bien y la idea de que 'todo está genial, todo es normal', y hay momentos en los que tienes una crisis privada", comentó, comparándose con su personaje de Alex Levy en la serie de Apple Tv+, una presentadora famosa que ve cómo su vida profesional y personal está bajo el escrutinio público. Para ella, interpretar a un personaje que es famoso fue "catártico".
