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Su boda prometía reunir a la realeza y a la jet set mundial y podría haberse celebrado en cualquier parte del mundo, sin embargo, Felix Winckler, primer amor de Carlota Casiraghi, e Irene Forte, la rica heredera que relacionaron en el pasado con el medio hermano de Cressida Bonas, han apostado por darse el “sí, quiero” en tiempos deL COVID-19. Este fin de semana la pareja ha pasado por el altar en una sencilla ceremonia en Londres, con pocos invitados y lo han compartido con todos sus seguidores.
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- Felix Winckler, primer gran amor de Carlota Casiraghi, se casa con una rica heredera
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Ha sido la novia, cuyo look ha recordado al que popularizó Bianca Jagger cuando se casó con el músico de los Rolling Stones, la que ha publicado dos imágenes en blanco y negro y en las que se puede ver a la pareja besándose bajo la mirada del padre de ella, el magnate hotelero Sir Rocco Forte. En otra de las fotos, también con la fecha 19.09.2020, se puede ver al abogado belga que un día conquistó el corazón de la hija de Carolina de Mónaco marchándose de la mano de la rica heredera y dueña de una línea de cosmética que lleva su nombre.
Nada hacía presagiar el pasado enero, cuando tuvo lugar la pedida de mano en la estación de esquí suiza de St. Moritz, que la boda de esta pareja iba a ser tan discreta. Winckler, al que la prensa británica llama “genio de la tecnología”, ya que está especializado en las inversiones a nivel mundial en aplicaciones tecnológicas, propuso matrimonio a Irene Forte de un modo poco habitual. Lo hizo, nada más y nada menos, que en el enlace de Stavros Niarchos III, miembro de la famosa saga de navieros griegos, y Dasha Zhukova, galerista rusa y exmujer del magnate Román Abramóvich.
Dado el selecto círculo de amistades en el que se mueven y en el que están incluidos miembros de la realeza y la aristocracia, el enlace prometía y mucho. No solo por el desfile de invitados, también porque la ubicación podría ser sorprendente dado el amplio abanico de posibilidades de una familia, los Forte, que tienen hoteles en Londres, Edimburgo, Bruselas, Berlín, Múnich, San Petersburgo, Sicilia, Roma, Florencia, Shanghái o Yidda, entre otros. De hecho, la boda de su hermana mayor, Lidya Forte, con el heredero griego Dimitri Chandris, celebrada en el castillo familiar de la Toscana en el 2016 hacía suponer que una espléndida celebración estaba en camino.
La pandemia ha revolucionado los esquemas en todos los sentidos y son muchas las parejas que no renuncian a sus planes. La boda real de Beatriz de York, un enlace que pasara a la historia por su carácter excepcional, o el de Cressida Bonas con Harry Wentworth-Stanlye están mostrando otra forma de pasar por el altar y con mucho estilo.
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