Este viernes, una motocicleta avanzaba por las calles del distrito catorce de París cuando llamó la atención de la policía. Sobre el vehículo, de baja cilindrada, iba montado el actor francés Gérard Depardieu, pero no era eso lo que vieron los agentes, sino que se saltó algunos semáforos y que pisaba la línea continua, tal y como ha informado Le Point. Presentaba signos de embriaguez, por lo que se le hizo un test de alcoholemia y el restultado fue "positivo". Es decir, había sobrepasado el límite que existe tanto en Francia como España de 0,25 mg/l en aire espirado o de 0,5 g/l de alcohol en sangre en conductores normales.
Ante esto, el actor de Asterix y Obelix admitía entonces que se ha bebido dos cervezas y era trasladado hasta la comisaría, donde fue recogido por unos amigos tras dar un resultado de 0,40mg/l en una segunda prueba. En un primer momento se dijo que no había sido multado por lo ocurrido, pero finalmente el medio francés confirma que sí y que su moto fue inmovilizada debido a que no podía volver a conducirla. Según cuenta la publicación, el intérprete, que tiene pasaporte ruso desde 2013, le dijo a los policías que no quería seguir siendo francés.
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Ya en junio de 2013, el actor que interpretaba a Cyrano de Bergerac tuvo un encontronazo con la ley al ser detenido por conducir una moto bajo los efectos del alcohol. Se le impuso una multa de 4.000 euros y seis meses sin carné después de caerse del vehículo y enfrentarse a los agentes que quisieron hacerle la prueba de alcoholemia. Multiplicaba por cuatro la tasa permitida.
En 2014, el intérprete que tiene ahora 71 años afirmaba que se tomaba hasta 14 botellas de alcohol a lo largo de un solo día. "Empiezo en casa, con champán o vino tinto antes de las 10.00. Después más champán, luego pastis (anís francés), quizá media botella. Después la comida, acompañada de dos botellas de vino. Por la tarde, champán, cerveza y otra vez pastis hacia las 17.00 para terminar la botella. Más tarde, vodka y/o whisky", aseguraba a la revista So Film.
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Un año más tarde confesaba que era alcohólico pero decía que no iba a grupos de ayuda porque eso le resultaba contraproducente. "Es triste, muy triste. Es una gran tristeza darse cuenta de que eres adicto a algo", reconoció en una entrevista para el programa Télématin. "No, eso nunca, le tengo pánico a ese tipo de gente (en referencia a Alcohólicos Anónimos)", decía sobre la posibilidad de tratarse de su problema.