El italiano Flavio Briatore está ingresado por coronavirus y en estado grave en el hospital San Raffaelle de Milán, según ha publicado el diario italiano L'Espresso. Sin embargo, tras haber dado positivo en la enfermedad y sufrir una pulmonía no está en cuidados intensivos. El agente de 70 años podría haberse contagiado en el club Billionarie de Porto Cervo, un negocio de su propiedad que ha registrado en los últimos días más de 100 positivos en COVID-19 y que cerró el pasado 17 de agosto debido a las nuevas restricciones -que él mismo había criticado- que se han impuesto en la zona para los locales nocturnos.
En 2018, Flavio Briatore se separó de Elisabetta Gregoraci tras casi una década de matrimonio. Su diferencia de edad, de 30 años, no fue un impedimento para ellos al principio pero los rumores de ruptura comenzaron a correr en 2017 y todo terminó con la modelo y actriz mudándose fuera de la casa que ambos compartían en Montecarlo, pero manteniendo su residencia en la ciudad monegasca. Lo cierto es que mantienen muy buena relación y siguen teniendo contacto, existiendo fotos de la familia del pasado mes de julio en sus vacaciones.
La expareja tiene un hijo en común, Falco Nathan, de diez años, con el que el agente está muy unido. Tanto que juntos protagonizan la imagen que Briatore tiene en sus redes sociales. Aquí, el italiano hizo su última publicación este mismo lunes, desmintiendo unas supuestas palabras suyas que publicaban algunos medios pero sin hablar sobre su estado de salud, que ahora se asegura que es grave.
Briatore fue director deportivo del equipo Renault entre 2002 y 2009, y estaba al frente del equipo precisamente cuando Fernando Alonso ganó sus dos títulos mundiales en la Fórmula 1 en 2005 y 2006. Previamente había dirigido también a un jovencísimo Michael Schumacher que comenzaba su carrera en escuderías menores. Además de su tarea en la competición también actuaba como agente del asturiano y de Mark Webber, australiano que había corrido con Minardi, Jaguar, Williams y Red Bull.
En 2009 fue el protagonista de un escándalo en la Fórmula 1 y se vio obligado a abandonar el Renault F1 Team al ser sancionado sin asistir ni participar en ninguno de los campeonatos que organiza la Federación Internacional del Automóvil. Sin embargo, un año más tarde esta fue anulada por ser considerada irregular.