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Lely Céspedes ha hablado por primera vez en televisión tras la detención de su exmarido Ernesto Neyra. El bailaor ingresaba en prisión el pasado sábado 8 de agosto por una multa generada tras negarse a abonar la manutención de sus tres hijos y tras permanecer varios meses en busca y captura. Una cuenta pendiente con la justicia que se hacía pública con el paso de Ernesto por la cárcel y que ha provocado que Lely se siente en un plató para relatar las dificultades que ha sufrido para poder mantener a sus hijos, mientras el artista planea solicitar el tercer grado penitenciario. Según explicaba la propia Lely durante su aparición en Viva la vida, la cifra ascendería a unos 50.000 euros, una cifra que se rebajó hasta 20.000 euros tras llegar a un encuentro entre ambas partes para, precisamente, evitar que Ernesto terminara entre rejas. No solo eso, la exmujer de Ernesto, como ella mismo relató, accedió en su día a bajar los 1.200 euros mensuales de la pensión que su exmarido debía pagar a unos 500 euros. Cantidad de la que tampoco se hizo cargo.
© TelecincoMás allá de los números, lo más llamativo del testimonio de Lely ha sido, sin duda, el duro camino que ha tenido que recorrer para sacar adelante a sus hijos sin el apoyo económico de su padre. La andaluza aseguraba haberse visto obligada a denunciar a su ex tras intentar de todas la maneras posibles que pagara lo acordado sin recibir respuesta alguna. Un silencio que echaba más leña al fuego a la crianza en soledad de sus hijos tras la separación: "Es cierto que jamás ha dejado de ingresar dinero, pero nunca la cantidad estipulada". Unas cantidades simbólicas que llevaron a Lely a tocar fondo: "He vendido cosas en mercadillos para dar de comer a mis hijos".
© TelecincoLa ex del artista hablaba después de la intervención telefónica de Mari Paz Neyra, hermana de Ernesto, en televisión. Además de defender a su hermano, la excuñada de Lely arremetía contra ella llegando a afirmar que si no tenía para darle de comer a sus hijos que no pagara un alquiler de 800 euros. Unas palabras que recibían la réplica por parte de Lely contando los detalles de su particular calvario: "No soy rencorosa, pero hay cosas que no se perdonan ni se olvidan".
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