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Hace unos años, Gwyneth Paltrow recurrió al término conscious uncoupling para definir su divorcio de Chris Martin, ocurrido en 2014. "Siempre hemos llevado a cabo nuestra relación en la intimidad, y esperamos que a medida que nos 'desconectemos conscientemente', podamos seguir de la misma forma", comentó en aquella ocasión. La actriz prefirió utilizar estas dos palabras que les ayudaron tanto a ella como al músico a superar el dolor y la ira del divorcio y centrarse en lo importante: el cuidado de sus hijos. Sea como fuere, su separación es casi un modelo a seguir dentro del universo hollywoodiense, a diferencia de lo que ha ocurrido en los últimos tiempos con la pareja formada por Amber Heard y Johnny Depp.
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A juzgar por los recientes acontecimientos, ninguno de los dos actores ha tenido muy presente esa "capacidad de comprender que cada discusión en una relación era una señal para mirar en el interior de cada uno, identificar lo que necesitaba ser reparado" y extraer lo positivo para la siguiente etapa. Todo lo contrario. Pusieron fin a su matrimonio solo 15 meses después de su boda y, desde aquel momento, las demandas y las acusaciones comenzaron a sucederse, llegando al punto de iniciar una durísima y cruenta batalla legal que se ha publicitado hasta la saciedad y en la que la violencia verbal y física ha sido la gran protagonista.
La guerra había empezado. Uno y otro se han afanado a lo largo de estos meses en negar las acusaciones que recibían del contrario, pero a su vez han sido muy vehementes al asegurar haber sido la única víctima. "Tuve que someterme a tres cirugías para reconstruir mi dedo", llegó a afirmar hace poco Depp ante los tribunales. Los trapos sucios de su tóxica relación se han aireado no solo ante la Justicia, sino también en los tabloides y el nivel de su divorcio ha alcanzado ya cotas que muy difícilmente logrará otra separación en el seno de Hollywood.
Amber Heard acusa al actor de haberla amenazado con "matarla"
De hecho, si recordamos algunas de ellas, como la de Gwyneth y Chris, casi alcanzan la condición de ejemplares. Es el caso de Marc Anthony y Jennifer Lopez. Han sido muchas las ocasiones en las que han demostrado la buena relación que mantienen después de haber separado sus caminos, allá por el año 2011. Tienen dos hijos, Max y Emme, fruto de su matrimonio de siete años, y es habitual verlos juntos con los pequeños.
Otra pareja que ha dejado claro que están juntos en la adversidad pese a que hace tiempo que dejaron de estar casados son Ben Affeck y Jennifer Garner. La pareja anunció su ruptura en 2015 y tiempo después zanjaron, con un acuerdo, la custodia compartida y la distribución de sus propiedades. Es más, la intérprete fue la persona que condujo a Affleck hasta el centro de rehabilitación al que acudió por su recaída en el alcohol.
La ruptura de Jennifer Aniston y Brad Pitt les rompió el corazón no solo a ellos, sino a sus numerosos seguidores, a los que el esquema del amor se les hizo añicos. Se conocieron en 1998, se casaron dos años después y en 2005 firmaron su divorcio cuando entró en escena Angelina Jolie. Tras la adaptación inicial -y unos cuantos años- los dos han conseguido acercarse de nuevo y convertirse en grandes amigos, uniéndose no solo en eventos benéficos y cumpleaños, sino cuando uno de los dos lo necesita. Cada cierto tiempo surgen las voces que apuntan a una reconciliación entre ambos, pero lo cierto es que, llegue o no esa esperada unión de sus caminos, por el momento mantienen una relación excepcional, llena de cariño y de complicidad.
Demi Moore y Bruce Willis son de esas parejas que, dos décadas después de su divorcio -lo obtuvieron en el año 2000-, continúan demostrando que el amor no se crea ni se destruye, solo se transforma. Su relación es excepcional y ambos lograron transitar hacia la separación de una manera ejemplar. Tanto es así que los dos actores pasaron juntos el confinamiento y lo hicieron con sus hijas. Su amistad se mantiene intacta veinte años después y, como todas estas parejas -a diferencia de Johnny Depp y Amber Heard- lo han dejado claro en no pocas ocasiones.