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Su paso por Supervivientes ha marcado a Ana María Aldón muy positivamente, como siempre recuerda cada vez que tiene ocasión, pero también arrastra alguna que otra consecuencia negativa. La diseñadora ha tenido que pasar por el quirófano para cambiarse las prótesis que llevaba en el pecho. Aunque no ha querido entrar en detalles, ha confirmado que la intervención se debía a un esfuerzo excesivo realizado durante su estancia en la isla. Afortunadamente, la operación ha salido perfectamente y la finalista del reality de superviviencia salía del hospital con muy buen aspecto y acompañada de su marido José Ortega Cano.
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Sin olvidar el hambre en Honduras, Ana María Aldón cuenta lo que siente al hacer la compra
Con un mono color mosataza, que resaltaba la tez morena que aún conserva, y protegida por una mascarilla estampada y gafas de sol, Ana María salía despacio, con el torso vendado, al igual que la mano donde le cogieron la vía, pero muy animada. Con una sonrisa que se podía intuir en su voz, ha asegurado que se encuentra bien, aunque algo incómoda. Ahoar, tiene por delante un par de días de reposo hasta recuperarse por completo, a pesar de que ella cree que ya mañana podrá ponerse incluso "a pescar", decía entre risas recordando su destreza en Honduras.
La pareja se ha mostrado muy amable con los periodistas que les esperaban a la salida del hospital, pero pronto se dirigieron a su coche para que Ana María pueda descansar cuanto antes. Antes de irse, Aldón ha explicado también cómo está viviendo la vuelta a la normalidad tras su paso por Supervivientes. "De quien no me alejo es de mi familia", ha afirmado para explicar que ya ha ido dos veces a verles desde que regresase a España, y que espera volver pronto a visitarles. Ortega Cano, por su parte, ha insistido en que ahora su papel es "apoyarla y darle fuerzas".
Ana María Aldón desvela las consecuencias de ser una superviviente
El torero ha sido el gran apoyo de la diseñadora durante el concurso y también a su vuelta. Desde que ella salió del hotel madrileño donde ha tenido que cumplir la cuarentena con alguno de sus compañeros, hemos visto a la pareja de compras, dando románticos paseos en bicicleta y también con su hijo José María. Además se ha reencontrado también con su madre y con su hija Gema, a la que ya tuvo la oportunidad de abrazar en la gala final. En sus ratos libres, Ana María también comparte con sus seguidores muchos momentos de su día a día, recetas de cocina y curiosas anécdotas. "No sé si os habéis enterado, pero resulta que me he tirado en la piscina con las gafas de bucear y casi me ahogo. No me lo puedo explicar. No me podía separar del borde de la piscina. Luego me han dicho que en el mar es muy fácil flotar con las gafas por la sal", contaba divertida sobre una de las costumbres que adquirió en Cayos Cochinos y que es mejor no mantener en casa.