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A principios de julio, Iñaki Urdangarin retomó el voluntariado que venía realizando en el Hogar Don Orione de Pozuelo de Alarcón (Madrid) antes de la pandemia de coronavirus. Por aquel entonces, la Junta de Tratamiento de la cárcel abulense de Brieva en la que cumple su condena de cinco años y diez meses por los delitos derivados del Caso Nóos envió a Instituciones Penitenciarias una solicitud en la que proponían el tercer grado, régimen de semilibertad, para el exdeportista. Cabe recordar que el pasado 18 de junio el marido de la infanta Cristina cumplió dos años en prisión. Pues bien, la respuesta ha llegado este viernes.
El marido de la infanta Cristina se deja ver con el pelo más corto y mascarilla
© GtresonlineInstituciones Penitenciarias ha rechazado concederle este tercer grado, aunque ha decidido suavizar en cierta forma la pena de Iñaki Urdangarin por malversación, prevaricación, fraude a la administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias. En este sentido, podrá salir tres veces por semana para cumplir con sus labores de voluntariado en el Hogar Don Orione y también podrá pasar fuera de la cárcel un fin de semana cada mes.
Así pasó Iñaki Urdangarin el confinamiento en prisión
El tercer grado se aplica a los internos que, por sus circunstancias personales y penitenciarias, están capacitados para poder vivir en semilibertad, algo que han de llevar a cabo en un centro de régimen abierto. El objetivo es que el preso se incorpore progresivamente a la comunidad y se fomente así su integración social. Ahora queda por ver si la Junta de Tratamiento vuelve a solicitar este permiso a Instituciones Penitenciarias aunque, como muy tarde, Iñaki Urdangarin podrá estar disfrutando del tercer grado en mayo de 2021, cuando haya cumplido la mitad de su condena.
Iñaki Urdangarin, dos años entre rejas con la vista puesta en una posible mejora de sus condiciones
© GtresonlineMientras ese momento llega, el marido de la infanta Cristina tiene pendiente un permiso de seis días que tenía aprobado antes de la crisis sanitaria -concretamente desde el mes de febrero- y que le permitirá reencontrarse con su familia a partir del mismo momento en el que negocie con la prisión la fecha concreta para disfrutarlo. Un mes después de obtener este beneficio, Urdangarin solicitó también permiso para poder disfrutar de dos fines de semana al mes fuera de la cárcel, pero en aquel momento la Audiencia provincial de Baleares lo desestimó al considerarlo una petición prematura.
