Diez años han pasado desde que The Walking Dead enseñara los dientes de los zombis más populares de la televisión. AMC (Fox en España) daba inicio a una de las series que marcarían con su longevidad la pequeña pantalla, en una historia dramática que sigue a los supervivientes de un nuevo mundo donde los caminantes están por todas partes. Ha tenido que pasar una década para que la cadena confirme uno de sus mayores misterios, ¿cómo pudo Ricky Grimes (Andrew Lincoln) sobrevivir en un hospital durante la epidemia? Una pregunta que los seguidores más acérrimos de la ficción se han cuestionado durante todo este tiempo. El protagonista de la serie comienza recibiendo heridas de balas a causa de un tiroteo en su trabajo como policía del condado, para luego despertar de una coma en un hospital desértico, sin rastro de vida humana, pero con varias pistas de la violencia desatada.
A través de distintos flasbacks, el espectador descubre que su compañero, Shane (Jon Bernthal), trató de cuidar de él cuando el apocalipsis zombi ya estaba llegando hasta el hospital. Mientras trataba de comprobar las constantes vitales de su mejor amigo, la oleada de caminantes obliga a que huya dejándolo atrás. Un tiempo indeterminado después, Rick se despierta de su coma, pero mostrando una salud imposible de lograr si nadie hubiera estado allí suministrándole comida, agua, medicación... Prueba de ello es la vía intravenosa que se tiene en su brazo al despertar.
Pero la ayuda que recibe Rick Grimes no queda ahí, ya que comienza a pasear por el lugar sin entender qué está pasando y por qué hay rastros de sangre por todos lados. El policía llega a una puerta cerrada, con una inscripción en la que se lee claramente: "No abrir, muertos dentro". Los sonidos que el personaje de Andrew Lincoln oye tras las puertas hacen que se dé cuenta de que algo muy grave ha pasado durante su coma.
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Una serie web da la respuesta
La propia cadena AMC ha querido zanjar las dudas sobre este misterio, a través de una serie web sobre el universo de The Walking Dead que contaba en relatos cortos las historias de distintos personajes que intentan sobrevivir a la situación. Karina y Paul llegan al hospital Harrison Memorial, el mismo donde Rick se encuentra en coma, huyendo de una horda de zombis. Ahí conocen a la doctora Gale Macones, interpretada por la actriz Ellen Greene, la única de las sanitarias que se quedó para cuidar de los enfermos.
Antes, el ejército había tratado de contener la expansión de los caminantes, abandonando la zona al ver inútiles sus esfuerzos. Pero esta doctora piensa, debido a su comportamiento errático, que Paul está infectado, encerrándolo en la cafetería. Este logra escapar de los zombis, cerrando las puertas a su paso con todo lo que podía. En un último pensamiento por los todavía ingresados del hospital, escribe la famosa frase de la puerta: No abrir, muertos dentro. Su futuro queda incierto, pero esta revelación demuestra que fue Gale, la doctora, quien cuidó de Rick Grimes dándole la oportunidad de vivir y reencontrarse con su familia.